Este 25 de marzo comienza el relevo de la antorcha olímpica para los Juegos de Tokio 2020, pero la ceremonia, solemne y emocionante, no será como siempre. La pandemia, la misma que obligó a aplazar los JJOO hasta 2021, se celebra a puerta cerrada y se ha pedido a los aficionados que eviten las aglomeraciones a su paso.
El fuego olímpico recorre Japón
La llama fue encendida el 12 de marzo de 2020 en la ciudad griega de Olimpia y llegó a Japón el 20 de marzo, hace más de un año. Debía comenzar entonces un recorrido de 121 días por todo el país llevando un mensaje de paz y esperanza. La ceremonia inaugural estaba prevista para el 24 de julio.
El coronavirus tenía otros planes. Apenas cuatro días después los organizadores de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, con el visto bueno del Comité Olímpico Internacional (COI), decidieron posponer el evento un año por culpa de la pandemia. Aunque el fantasma de la cancelación había planeado sobre Tokio 2020, sus organizadores se resistían a tomar una medida que sólo las dos guerras mundiales han impuesto. Así ocurrió en Berlín en 1916 o en Japón en 1940, en Sapporo (invierno) y Tokio (verano), otra vez Tokio.
Desde entonces la llama ha permanecido protegida en un candil y este 25 de marzo prenderá por primera vez la antorcha olímpica en una ceremonia que se celebrará en el Centro Nacional de Entrenamiento J-Village de Fukushima. El recorrido llevará a los relevistas por 859 municipios de 47 prefecturas de Japón y terminará prendiendo el pebetero del Estadio Olímpico el próximo 23 de julio para dar por inaugurados los Juegos de la XXXII Olimpiada.
Su aplazamiento ha sido una de las muchas vicisitudes que ha vivido Tokio 2020 en el último año.
Vacunas y solidaridad
Para garantizar el desarrollo normal del evento, o al menos intentarlo, el Comité Olímpico Internacional correrá con los gastos que supone vacunar a los deportistas que van a competir en Tokio 2020. Vacunas contra el covid-19 que China ha puesto a disposición de los participantes también de Pekín 2022.
Para el presidente del COI, Thomas Bach, la oferta china es el perfecto ejemplo del “espíritu olímpico de solidaridad”, por eso, por cada dosis destinada a un deportista olímpico y paralímpico, el Comité Olímpico pagará dos dosis más que se pondrán a disposición de sus países de origen.
Solo japoneses en las gradas
Los juegos olímpicos son el evento deportivo más importante del mundo y son miles los aficionados dispuestos a viajar a cualquier punto del planeta para vivir en primera persona un acontecimiento único. Este año eso no será posible.
El pasado 20 de marzo los organizadores de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio 2020 anunciaban que no habrá espectadores de fuera de Japón en las gradas. Una restricción autoimpuesta para intentar contener la propagación de la pandemia.
Ahora mismo los viajes internacionales siguen restringidos en Japón y el gobierno aún no ha decidido si permitirá la entrada de turistas este verano.
No han faltado las polémicas machistas
Si el aplazamiento por culpa de una pandemia, gestionar un plan de vacunación y restringir el acceso de público fuera poco, el Comité Organizador de Tokio 2020 se ha visto inmerso en estos meses en varias polémicas de corte machista.
La primera provocó, nada más y nada menos, que la dimisión del presidente del Comité Organizador, Yoshiro Mori, para quién la presencia de mujeres en las reuniones de trabajo son un problema. Las intervenciones de las féminas se prolongan más de lo necesario, en opinión del ex primer ministro nipón, y si no ponen límites esas reuniones no acaban nunca.
Estos comentarios provocaron un gran revuelo más allá de Japón. El COI consideró “inapropiados” sus comentarios y centenares de voluntarios presentaron su renuncia.
Su puesto lo ocupa ahora una mujer, la ex deportista olímpica Seiko Hashimoto.
Siguiendo la estela de Mori, el creativo Hiroshi Sasaki desató un enorme revuelo al proponer que la actriz Naomi Watanabe apareciese en la ceremonia inaugural vestida de cerdo y al referirse a ella como “Olympig”, juego de palabras con “olímpico” y “cerdo”. La sola idea, lanzada en una reunión de trabajo no presencial, se consideró insultante, ofensiva e inapropiada.
Sasaki, una figura muy querida en Japón estuvo en Río de Janeiro en 2016 en el acto en el que Tokio recogía el relevo como sede olímpica, pero ha sido destituido de forma fulminante. La nueva presidenta del Comité organizador busca sustituto después de pedir disculpas por lo ocurrido.
Sin duda, como ha asegurado Hashimoto, estos juegos serán “completamente diferentes a los del pasado”. No nos cabe duda.