Marcell Jacobs asombró al mundo y dio una de las grandes sorpresas de los Juegos Olímpicos, al convertirse en el hombre más rápido del mundo, suceder a Usaint Bolt y a la vez lograr el récord de Europa de 100 metros con una marca de 9"80 y ser el primer italiano de la historia en ganar esta prueba.
Jacobs, de 26 años, nació en El Paso (EEUU) de madre italiana y padre afroamericano. Su padre era soldado del ejército de EEUU y fue trasladado a Corea del Sur. Su madre se lo llevó a Italia cuando tenía tres meses. Cuando era un bebé sus padres se divorciaron y perdió todo el contacto con su progenitor. Sin embargo, hace un año recuperó la relación con él, algo que el atleta ha calificado como fundamental para obtener este tremendo logro. "Nunca vi a mi padre desde que era un bebé", dijo Jacobs. "Comencé a hablar con él hace un año por primera vez. Eso me ayudó a llegar aquí con buena mentalidad ".
Jacobs se apoda el 'Crazy long jumper' porque en sus inicios en el atletismo compitió mucho en el salto de longitud. A los 9 años empezó, aunque también se dejaba ver por las pruebas de velocidad. En Italia, saltó al primer escaparate del atletismo cuando se proclamó campeón nacional de salto de longitud en 2016 con una marca de 7,89.
Años después, en 2018, dio muestras del potencial que tenía en la velocidad pura. Se proclamó campeón italiano y empezó a temblar el récord del mítico Pietro Mennea de 10"01. Este año, en mayo, rompió la barrera de los diez segundos al fijar 9"95 en el Meeting di Savona.
Con el récord italiano asegurado, Jacobs puso su mirada en los Juegos Olímpicos. Desde la primera vez que pisó la pista, le dijo al Corriere Della Sera, soñaba con convertirse en un atleta olímpico. "En la pared de mi habitación tenía la página del periódico del famoso comercial de Carl Lewis en los tacos de salida", confesó. "Pero mi ídolo cuando era niño era Andrew Howe quien, como yo, es mestizo y medio estadounidense. Me identifico con él ".
Su increíble entrenamiento
Hace unos meses se viralizó uno de sus entrenamientos. En él, en una pista de atletismo hace una recta a tope pero con una gran peculiaridad. Construyeron una mampara para crear una especie de rebufo que le permite alcanzar picos más altos de velocidad. Lo engancharon al remolque de un vehículo y el atleta aprovechaba la estructura para correr dentro: