LeBron James llegó a 'The Land' con el trofeo de campeón de la NBA bajo el brazo y con ganas de reivindicarse. Primero lo hizo sobre la cancha, que es donde importa, donde demostró que sigue siendo el mejor jugador de baloncesto del planeta.
Pero también tenía mensajes guardados para aquellos que dudaron de él, para sus 'haters'. Para ellos dedicó unas líneas en su cuenta de Instagram 64 días después de activar la 'Zero Dark Thirty-23', su particular silencio en redes sociales desde que empiezan los Playoffs hasta que acaban. Y ya van seis años seguidos acabando muy tarde.
"Ellos dicen que perdiste un paso, que no es tan explosivo como antes, que los mejores días están en el pasado. Cuestionan tu liderazgo, tu camino, tu compromiso, dicen que no tienes instinto asesino y que volver a casa es un error. Él echó al entrenador, traspasó jugadores, no podrá jugar con Kyrie (Irving), no podrá trabajar con Kev (Love), no podrá llevar un campeonato a su casa... Pero adivina, eso no es mi problema. #PonAlgoDeRespetoEnMiNombre", declaró el 'King' en Instagram.
No se quedó ahí el mensaje del '23', al bajarse del avión se le pudo ver con una gorra de la rana Gustavo bebiendo té, imagen usada para un meme muy popular en EEUU que dice 'That's none of my business' (no es mi problema), y una camiseta de 'Ultimate Warrior', el guerrero definitivo, un conocido luchador de la WWE que falleció en 2014 con una clara indirecta a su rival en las Finales de la NBA.