Llegar a la cima siendo muy jóvenes es un cambio de vida que que requiere aferrarse a la realidad y mantener los pies en la tierra para estar centrados. Los futbolistas Lamine Yamal y Nico Williams o el tenista Carlos Alcaraz son algunos de los casos que los psicólogos señalan como "más fuertes mentalmente".
En un contexto de superación, de esfuerzo, de madurez, de vivir cosas que otros no han vivido, señala el psicólogo deportivo David Llopis, les proporciona esa fuerza mental, y es clave "no perder de vista su identidad y no olviden de dónde vienen".
Lamine Yamal ha cumplido 17 años en plena competición de la Eurocopa 2024, donde fue considerado el mejor jugador juvenil, y su compañero de la selección española Nico Williams también celebró su 22 aniversario en el torneo celebrado en Alemania.
Un tándem que ha contribuido al triunfo de España en esta competición y que ha traspasado el terreno de juego por su complicidad y por sus historias personales, ambos han nacido en familias inmigrantes que han luchado para salir adelante.
"Estos jóvenes disfrutan con lo que hacen y para ellos el éxito no es una portada, ni los millones de euros, ni un fichaje... el éxito es superarse a ellos mismos, ser mejores", asegura el psicólogo Pablo del Río, pionero en España en esta disciplina aplicada al deporte y asesor del Comité Olímpico Español.
Carlos Alcaraz también es ejemplo de haber llegado alto en el tenis siendo muy joven. Con 21 añosacaba de ganar, por segunda vez consecutiva, el torneo de Wimbledon de Londres, además de otros dos Grand Slams.
"Somos nosotros los que los ensalzamos"
Pablo del Río, antes vinculado al Consejo Superior de Deportes explica que "es gente sencilla que naturaliza el éxito, pero nosotros somos los que los ensalzamos. Desde los medios de comunicación y desde la sociedad les endiosamos y les otorgamos unos valores que no son exclusivos del deportista; hay otras muchas profesiones, desde un cirujano a un bombero, que tienen sus responsabilidades".
Por su parte, el psicólogo David Llopis considera que el concepto que cada deportista tenga del éxito condicionará la forma de vivir los logros: "Es importante que definan quiénes quieren ser, en qué tipo de personas se quieren convertir con los años, qué legado quieren dejar en el deporte…"
La familia y el entorno, determinante para los deportistas
Cuando tocan el cielo del triunfo en edades tan tempranas es necesario, según lo expertos, que la familia sea la que les mantenga anclados con los pies en la tierra, aunque en ocasiones es también el propio entorno el que se sube a la nube de euforia.
El psicólogo Pablo del Río relata que ha tratado a deportistas con las ideas claras pero que se ha topado con unos padres con unas expectativas muy altas que les crean “una presión añadida”. Esto hace que muchos se queden por el camino: "No es que no sepan manejar el éxito, es que no saben manejar el posible éxito".
En el otro extremo cita el ejemplo del tenista Rafael Nadal: "Uno de sus mayores éxitos ha sido su familia, que le ha puesto en su sitio para que no se crea superior a nadie".
David Llopis, que atiende en su consulta privada a deportistas profesionales, subraya que el contexto familiar tiene que ejercer de referente.
"Los padres deben seguir acompañando en ese camino de convertirse en adultos, de maduración, estando cerca, poniendo límites pero también entendiendo que son personas que ya tienen su autonomía económica", indica.
Considera que es un riesgo enfrentarse a una nueva vida fuera del campo de juego, con disponibilidad económica y oportunidades de entretenimiento social, pero también el alto nivel de exigencia de los entrenamientos, de los viajes, de las concentraciones pueden alterar las relaciones con familia, pareja o amigos de toda la vida.
"El deportista necesita momentos de desconexión con el deporte" y relacionarse con los suyos que son quienes le ayudan a conectar con él mismo y con sus orígenes, asegura Llopis.
El deportista de élite, una mentalidad diferente
Pablo del Río, que atiende a algunos de los participantes de España en los Juegos Olímpicos de París, explica que el deportista de élite tiene "una mentalidad diferente" al resto de la sociedad y asegura que "trabajan para ser mejores cada día, tienen una competencia interna, no externa".
El experto cree que Lamine Yamal juega en el campo de fútbol como lo hace "en el patio del colegio" y expresa sus emociones en cada jugada, igual que hace Alcaraz en la pista: "Están disfrutando porque están jugando consigo mismos, no de cara a la galería".
Pero, advierte, es importante que, más que el éxito, manejen la presión: "Ellos pueden crear su propia autopresión pensando que lo tienen que ganar todo. Cuando uno admite que puede perder está más cerca del éxito".
Los dos profesionales destacan la necesidad del asesoramiento psicológico regular para preservar la salud mental de los deportistas."Que uno mantenga los pies en la tierra, que mantenga la calma, eso es salud mental" concluye David Llopis.