La Real Sociedad ha sumado su tercera derrota (1-0) en otras tantas jornadas de Liga de Campeones, en esta ocasión ante unManchester United que hizo bueno el gol de Íñigo Martínez en propia portería en el primer minuto de juego para encarrilar su camino en el grupo y dejar a los realistas con pie y medio fuera de la competición, aún con su casillero de puntos sin estrenar.
Los donostiarras afrontaban el partido más atractivo de la fase de grupos con la visita a Old Trafford, el 'Teatro de los sueños', aunque no lo hacía en la mejor de las situaciones. Necesitaban sacar un buen resultado que les permitiese mantener las opciones en el grupo, pero pagaron demasiado caro el mal comienzo y se quedan ahora a las puertas de la eliminación, para desgracia de los numerosos aficionados realistas desplazados hasta Manchester.
El inicio de partido no pudo ser peor para los de Arrasate, que cuando aún no se habían cumplido los dos minutos se vio un gol abajo en el marcador. Íñigo Martínez recogió un rechazo tras disparo de Rooney al palo, e incomprensiblemente despejó hacia su propia portería, quizá presa de los nervios por tan importante cita.
Tras el mazazo inicial, la Real se fue asentando poco a poco sobre el terreno de juego, pero en lo que tardó en hacerlo, pudo doblar la ventaja el Manchester United. Bravo tuvo que tirar de su mejor repertorio para detener un disparo de Rooney, y minutos más tarde vio cómo anulaban un gol a Chicharito por fuera de juego.
Alcanzada la media hora, llegó la primera gran ocasión de los 'txuri-urdin', cuando Seferovic llegó hasta la frontal, se deshizo de Jones y sacó un potente disparó con dirección a la escuadra que obligó a De Gea a estirarse. Al filo del descanso fue Griezmann el que lanzó una falta a la escuadra, mostrando al menos capacidad de reacción para hacer frente a los 'diablos rojos'.
En la segunda mitad salió más animada la Real Sociedad, retando al Manchester a un intercambio de golpes. En una doble ocasión los blanquiazules obligaron a trabajar a la pareja de centrales hoy formada por Evans y Jones, que no hicieron notar la ausencia de Ferdinand y Vidic. Más tarde lo intentaron Zurutuza y, sobre todo, De la Bella, que sacó un centro-chut a la escuadra de la portería de De Gea.
Sin embargo, las más claras las tuvieron los ingleses. Bravo tuvo que salvar milagrosamente un cabezazo de Jones a la salida de un córner, el palo salvó el disparo de Valencia y ni Rooney ni Kagawa acertaron con la portería realista, todo esto cuando solo habían transcurrido 25 minutos de la segunda mitad y restaban aún 20.
Pero en ese tramo el partido bajó el ritmo considerablemente, con una Real que bajó definitivamente los brazos y un Manchester que pudo hacer sangre de un equipo rendido, sin fe, pero que se terminó conformando con una victoria por la mínima que les sitúa líderes en solitario y deja casi sentenciadas las opciones de clasificación del conjunto español.
