El triunfo en las elecciones de febrero de Barrios, hasta entonces ‘barón’ andaluz, se produjo gracias al apoyo del presidente saliente, Juan José Román Mangas, que no se presentó a la reelección tras los numerosos escándalos denunciados desde Onda Cero y su pésima relación con gran parte de los deportistas que han vuelto a llevar al piragüismo a ser nuestro deporte más laureado en unos Juegos Olímpicos.
Como decía un famoso anuncio de una marca de limpieza, el algodón no engaña, y yo añado que Román Mangas, tampoco.
Barrios aceptó para ganar cargar con la mochila de un dirigente que siempre se ha movido por sus propios intereses y el andaluz muy pronto se dio cuenta que tenía que elegir entre el lastre de Mangas o unos súper deportistas que, con sus éxitos, llenan las arcas federativas.
Mangas primero se entrometió en un conflicto que afectaba a la elección de los miembros de la embarcación más emblemática, el K4, al tiempo que exigía la dirección deportiva de la Federación. Barrios dijo no, y esa negativa nunca se la perdonó el zamorano, que desde ese momento empezó a planear su venganza.
Acercamiento de Mangas a Hernanz
El bienestar federativo siempre ha llevado a extraños e inesperados compañeros de viaje. Tras los comicios de febrero nadie en el piragüismo español podía imaginar que Mangas fuera el eje de una moción de censura presentada por su gran rival Javier Hernanz, junto a federativos absolutamente en las antípodas del zamorano, como Fredi Bea (Galicia) o Miguel Gallo (Asturias).
Historia contemporánea
Durante más de dos lustros en la presidencia, a Mangas le ha dado tiempo a muchas cosas, como dar pingües beneficios a una empresa de sus hermanos, aprobar una autofinanciación que ha llevado a que muchos deportistas paguen por representar a España o a querellarse contra trabajadores federativos y periodistas, en demandas que ha ido perdiendo y recurriendo una tras otra. Esperemos que haya sido a costa de su bolsillo y no de la caja del piragüismo, aunque lo dudo.
Pero lo que mejor se le ha dado siempre a Mangas ha sido manejar los hilos del clientelismo federativo y por eso todavía dice tener una ristra de votos para ofrecer al mejor postor. Como Barrios le ha salido rana, Mangas ha cruzado la acera para ofrecer a Hernanz su botín.
Qué pena que el sistema del deporte español permita que se mercadee de esta forma tan lamentable mientras los deportistas mantienen con sus éxitos el estatus de esos dirigentes.