Fernando Alonso (Aston Martin) y Carlos Sainz (Ferrari) serán los dos representantes españoles en la nueva temporada de Fórmula 1, que arranca este fin de semana en el Circuito Internacional de Baréin, en la que será la 20ª temporada del asturiano, el más veterano con 41 años, en el Mundial con la motivación intacta, mientras que el madrileño afronta su noveno curso en el 'Gran Circo', el tercero en la 'Scuderia', todavía con mucho potencial.
El nuevo plan de Alonso
Tras 'El Plan' sin éxito en Alpine el curso pasado, el bicampeón ha conseguido con unos test muy ilusionantes y competitivos en Baréin construir fe y creencia en 'La Misión' y la victoria número 33 con Aston Martin, escudería que parece haber revivido con el español al mando, al mismo tiempo que Sainz sigue trabajando firme para ser pieza clave en el reencuentro de Ferrari con el título.
Con el dominio claro de Red Bull desde que arrancó el banco de pruebas en Sakhir, Alonso fue un 'reloj' sobre el trazado del golfo Pérsico, con tandas de simulación de carrera muy ilusionantes, siempre cerca de Max Verstappen. La segunda jornada en Baréin fue la más productiva para el asturiano, finalizando en tercer puesto (1:32.205), a solo medio segundo del vigente campeón (1:31.650).
Tanto Aston Martin, con un monoplaza prácticamente nuevo, como Alonso fueron la sensación de los test, metiendo la cabeza entre los teóricos candidatos -Ferrari y Mercedes- a ser la alternativa, con mucho más que ganar que perder. Y es que, aunque la pretemporada podría ser un mero espejismo, el AMR23 tiene muy buena pinta para, al menos, ser la cuarta escudería de la parrilla y mirar de tú a tú a los Charles Leclerc, Sainz, Lewis Hamilton y George Russell, y por delante de Alpine y McLaren.
Los famosos pontones, a medio camino entre Red Bull y Ferrari, parecen otorgar al AMR23 una estabilidad y consistencia sobre la pista superior a sus teóricos competidores de la zona media. Y le convierten en un coche ágil y 'fácil' de domar, que incluso evita, como los Red Bull, el fastidioso 'porpoising'. Y esto despertó sorpresa dentro de la propia parrilla, con los equipos 'rindiéndose' a la propuesta de la escudería inglesa.
"Mercedes, Ferrari y tal vez Aston Martin. No me intriga ninguno más", afirmó el prestigioso director técnico del equipo Red Bull, Adrian Newey, sobre los potenciales adversarios para el equipo de la bebida energética. Desde Mercedes también elogiaron a Aston Martin. "Pueden ser los segundos (en Baréin)", señaló su jefe de equipo, Toto Wolff.
Incluso el propio Fernando Alonso reconoció que el ritmo del AMR23 superó las expectativas. "El último día, por ejemplo, hicimos una simulación de carrera a 57 vueltas, lo que vamos a hacer en Baréin. Ferrari estaba haciendo el mismo programa, con la misma gasolina y las mismas paradas, y fuimos más rápidos que ellos", apuntó tras el test oficial de pretemporada.
Argumentos, todavía poco certeros y algo solubles, pero suficientes para generar un aura de religión que rodearán al asturiano en el estreno de la temporada de 2023 este fin de semana. El objetivo: la victoria número 33 de la carrera de Alonso, que no se sube al primer cajón desde el Gran Premio de España de 2013, con Ferrari.
Sainz fiable y consistente
El curso pasado comenzó de la mejor manera para Ferrari, siendo muy superiores en lo que a velocidad se refiere con dos triunfos en las tres primeras carreras. Ninguno de ellos del español Carlos Sainz, que tuvo que esperar al décimo Gran Premio en Silverstone para celebrar su primera victoria en la Fórmula 1.
Pero finalmente el proyecto de la 'Scuderia' no estuvo a la altura, con problemas de fiabilidad y estrategia y dejando el título en bandeja a un lanzado e imparable Verstappen que no desperdició los 'regalos' de el 'Cavallino Rampante'. El madrileño solo pudo terminar quinto el Mundial, por detrás de un George Russell con un monoplaza con peores prestaciones a priori.
Sin embargo, la pretemporada de 2023 ha sido otra historia y han erigido a Ferrari como una escudería con potencial para cuestionar el poderío de Red Bull. Han rodado rápido ganando ese punto extra de fiabilidad que echaron de menos en 2022, lo que les da una situación de partida que ya se produjo el curso pasado y de la que deben haber aprendido.
El madrileño fue de menos a más, mejorando sus cronos día a día en el test de Baréin y marcando un competitivo 1:31.036, en la misma décima que su compañero Leclerc, aunque más contento por lo que parece ya más adaptado al coche que el año pasado. "La fiabilidad volvió a ser muy buena y hemos podido explorar todas las configuraciones que nos propusimos probar. El objetivo es estar listo para la próxima semana", afirmó Sainz tras la segunda jornada de pretemporada.
No obstante, la progresión y mejoría de Sainz debe estar a la altura del reto mayúsculo que afronta Ferrari en 2023, ya sin Mattia Binotto en la estructura, y con recuperar el título como obsesión. Y es que el último campeón de la 'Scuderia' fue el finlandés Kimi Raikkonen en 2007. Hace 16 años que el 'Cavallino Rampante' no 'monta' a un piloto que pueda descorchar el champán con el título en la mochila. En 2023, Carlos Sainz quiere convertirse en le nuevo héroe de la escudería italiana.