El mundo de los rallys, el motor y el deporte en general se vistió de luto el pasado sábado 10 de octubre al conocer el fallecimiento de la joven copiloto valenciana de 21 años Laura Salvo durante el rally de Vidreiro, en Marinha Grande (Portugal).
La joven, conocida por su humildad y su pasión por los coches de carreras, competía en la prueba portuguesa junto con el piloto Miquel Socias cuando nada más tomar la salida el Peugeot 208 R5 en el que viajaban se salió de una curva e impactó con un árbol. A pesar de las maniobras de reanimación, la joven no pudo sobrevivir. Una triste forma de poner fin, no solo a una carrera, sino a una vida llena de alegría.
Quienes la conocían coinciden en que Laura Salvo era una chica muy trabajadora, humilde y dispuesta a ayudar a los demás. Así lo cuenta a Onda Cero el piloto de rallys Fernando Navarrete, amigo de la familia Salvo.
La afición a los coches de carreras y la pasión la heredó de su padre, que ya compitió en rallys. Con solo 21 años, Laura Salvo llegó a competir "con pilotos muy importantes" y "tenía muy buena reputación" en el mundo del automovilismo. Fue, sin duda una niña muy joven que con trabajo y mucha pasión llegó a dedicarse a lo que era su pasión y consiguió ser respetada por todos.
Valiente
Para ser copiloto de rallys "hay que ser muy trabajador", explica Navarrete, una cualidad que no le faltaba a la valenciana. Pero Laura no era solo humilde y trabajadora, era también muy valiente e inteligente. Todo ello imprescindible para ser una gran copiloto: "No solamente es leer notas, sino preparar muy bien el rally y confiar en lo que va haciendo el piloto".
El mundo de la competición del motor, aunque es como una pequeña familia, es muy complicado, sobre todo para la gente humilde, porque "es un mundo muy caro" y "cuesta mucho entrar".
En su faceta más personal, Laura Salvo era conocida por llevar siempre una sonrisa en la cara. La alegría era su bandera. "Siempre la veías cantando con su guitarra", comenta el piloto de rallys amigo de la familia, y explica que algo que le gustaba era ayudar a los pilotos que se iniciaban en los coches de carreras.
Laura Salvo ha dejado huella en este deporte y, como confiesa Fernando Navarrete, nunca la van a olvidar.
La pasión abraza al riesgo
Ser piloto, ya sea de motos o de coches, conlleva unos riesgos. Quienes practican los deportes de motor son conocedores de ello, saben a lo que se enfrentan, lo que no impide que este tipo de noticias les deje consternados.
El peligro está en cualquier momento, en cualquier maniobra, relata Fernando Navarrete, y cada día son mucho mayores las medidas de seguridad que se toman. Pero la pasión siempre gana.
"Es muy difícil que pase algo así, ha sido mala suerte", recuerda el piloto, quien expone que para que pase algo así se tienen que dar muchos factores.