El circuito andaluz lleva celebrando de manera ininterrumpida carreras del campeonato desde el año 1987. En el año 1988 se llamó Gran Premio Expo 92, en sustituyendo al cancelado de Portugal y así no colisionar con la cita española del Circuito del Jarama. La reforma efectuada en el año 1992 eliminando la primitiva chicane, creándose una curva parabólica en su lugar que enlaza con la segunda recta del trazado de igual longitud que la principal, pasando el trazado a contar con la longitud actual de 4.423 metros hizo mejorar la seguridad y con un diseño que gustó mucho a los pilotos.
Por cuestiones del destino residí varios años en estas tierras y pude vivir en directo la primera victoria de Jorge Martínez Aspar en esta pista. De primera mano pude comprobar el ambiente que se empezaba a crear entre las curvas 9, 10, o lo que es lo mismo, las llamadas Nieto y Peluqui. Con los años, nadie duda que actualmente podemos denominar a este circuito como la nueva catedral del motociclismo, a la altura del mítico circuito de Assen.
Pero no sólo es el circuito el que da magia al Gran Premio, es el entorno lo que hace a esta cita especial, con ciudades como Jerez de la Frontera, Cádiz, El Puerto de Santa María, Sanlúcar de Barrameda o los de la Ruta de los Pueblos Blancos, con una gastronomía espectacular. Si alguien quiere disfrutar de unas buenas gambas, langostinos, jamón ibérico, quesos y como no, un buen vino de la zona, existen innumerables bares, restaurantes y ventas con profesionales de primer nivel dispuestos a que la afición disfrute de este Gran Premio.
Y por si fuera poco, los nuestros llegan con muchas ganas a la sexta cita de la temporada, con Álex Rins compartiendo el liderato con Fabio Quartararo en MotoGP, con Sergio García líder en Moto3 y con la armada española de Moto2 intentando reducir puntos a Celestino Vietti. En definitiva, llegamos a Jerez con un campeonato más abierto que nunca y donde los nuestros intentarán dar la talla ante unos aficionados que volverán a llenar las gradas después de dos años muy complicados y es que ¡Jerez es Jerez!
