Cuando se dice que Spa tiene fama, es que tiene fama por algo. Carreró con en Bélgica con alternativas, caos, locura y milagros que terminó con victoria de Nico Rosberg pero con Hamilton como 'triunfador' al acabar tercero y minimizar riesgos de cara al Mundial. Mercedes ha mostrado poder con un doblete de oro y bronce con Ricciardo colgándose la plata y Alonso, que salía último, terminando la prueba en séptima posición.
Cómo para perderse los primeros cinco minutos de Bélgica. Cómo para llegar tarde o cerrar los ojos desde las 14:00 a las 14:05. Ahí estuvo todo. Ahí paso todo. O todo lo que fue relevante para el desenlace de la prueba. En un inicio de los más locos que se recuerdan, toques entre los dos Ferrari y Verstappen, entre Button y Wehrlein, pinchazo de Carlos Sainz y un espectacular golpe de Magnussen que destrozó el Renault y que dio origen a una bandera roja.
Una bandera roja que supuso el final a la locura. Una que hizo sacar a pasear varias banderas amarillas, un safety car virtual y uno de verdad que hicieron que todo fuera posible en Spa. Que hicieron que Rosberg pensara 'tierra trágame' y que Hamilton viera el cielo después de tomar la salida desde la penúltima posición. Con el Mundial en juego, y con 20 coches delante, qué mejor que pasen cosas.
Qué mejor que Nico no sepa por dónde puede llegar la próxima y que viva intranquilo aún sabiéndose dominador. Con diferente estrategia de neumáticos, Lewis recuperó tanto terreno que llegó al podio. Que es cierto que pierde puntos con respecto a Rosberg, pero no tantos como podría haber perdido de haber habido una prueba normal en Bélgica. El Mundial sigue estando del lado del tricampeón.
Alonso obró el milagro y acabó séptimo
Claro que la carrera loca también les vino bien a los dos Ferrari. Y por supuesto le vino bien a Fernando Alonso, que en una carrera en la que poco se esperaba del McLaren-Honda él hizo que al menos tuviera su buena cuota de pantalla en diversas luchas. Él hizo incluso que entrar en los puntos en una pista que no es de ellos. El asturiano pasó del 22 al cuarto en apenas cinco vueltas, y a partir de ahí fue bajando no sin antes pelear por la tercera plaza con Hulkenberg.
No pudo ser. Y tampoco pudo hacer absolutamente nada cuando Hamilton pasaba por allí, y cuan Pérez y Vettel pusieron el turbo en su Force India y en su Ferrari. Con todo, sí mantuvo a distancia a Massa teniendo una velocidad punta bastante inferior. Mantuvo también a Bottas y a Raikkonen, y con sudor y esfuerzo consiguió que ese McLaren-Honda del que poco se esperaba en Spa terminara en séptima posición.
Toca Monza
La próxima parada tampoco parece propicia para los de Woking. Toca Monza, toca el templo de la velocidad, y no es precisamente en lo que más destaca el monoplaza británico de motor japonés. Cuando toca correr, toca Mercedes. Toca ver a Hamilton y a Rosberg ir rápido en Italia.