Bonito homenaje a Ezpeleta

El éxito de MotoGP

El Campeonato del Mundo de MotoGP ha puesto punto y final en una temporada complicada en la que se ha visto la impecable organización del jefe de Dorna, Carmelo Ezpeleta.

Óscar Langa

Madrid |

Carmelo Ezpeleta, jefe de Dorna, ovacionado por los integrantes del Paddock | MotoGP

Desde 1992 Dorna posee de manera exclusiva los derechos comerciales y de televisión del Campeonato del Mundo de MotoGP. Al frente está Carmelo Ezpeleta, una persona que supo desde muy pronto que su vida estaría vinculada al mundo del motor. Si el circuito de Calafat, Jarama o Barcelona-Cataluña hablaran, sin duda dirían que una parte importante de sus vidas se lo debe a este barcelonés residente en Madrid que desde hace prácticamente tres décadas está al frente de la máxima competición de las dos ruedas.

Una de las principales tareas que hizo nada más ser nombrado como gerente de Dorna y estar al frente de la gestión del campeonato fue hacer sinergias entre las partes que componen el Mundial de MotoGP. No podía ser que los constructores, Federación Internacional de Motociclismo, equipos y la empresa gestora no fueran de la mano y para crecer y ser un evento de primer nivel mundial era clave llegar a acuerdos y tener las ideas muy claras de los pasos a seguir. Con el paso del tiempo se ha demostrado el acierto de los acuerdos realizados, con importantes cambios como el paso de los dos a cuatro tiempos, el apoyo a los equipos privados y lo más importante, la seguridad en los circuitos, llegando a prescindir de trazados que no eran seguros.

En cuestión de organización es la envidia de otros deportes

Hoy en día Dorna está al frente del Mundial de MotoGP y Superbike, con países en lista de espera para entrar en el calendario y todas las partes implicadas, así como los gobiernos de los diferentes países o comunidades autónomas que negocias la celebración de los Grandes Premios tienen un respeto y admiración por Carmelo. Hoy en día más de 300 millones de espectadores de los cinco continentes ven las carreras y en cuestión de organización es la envidia de otros deportes, incluida la Formula 1.

A lo largo de estos 29 años de éxitos, nadie duda de que el 2020 ha sido el año más complicado, debido al Covid-19. El campeonato tenía previsto el comienzo en Qatar, como todos los últimos años, pero debido a la evolución de la pandemia no se pudo celebrar la categoría de MotoGP al no poder entrar los pilotos en el país. Las cosas se pusieron muy complicadas y por momentos llegó a peligrar la celebración del campeonato. Fueron varias las opciones que se barajaron, llegando incluso a pensar en una única sede y celebrar las máximas carreras posibles allí.

Estrictos protocolos en un paddock reducido a 1400 personas

Finalmente y después de innumerables gestiones y negociaciones, se pudo cerrar un campeonato con 14 pruebas en MotoGP y 15 en Moto2 y Moto3, de ellos 7 en España y el resto por Europa salvo la inicial de Qatar, reduciendo los costes al mínimo y garantizado una viabilidad económica para todos los equipos. Las carreras se tuvieron que hacer a puerta cerrada, con un paddock reducido a 1400 personas y en el que todos han tenido que seguir unos estrictos protocolos para garantizar la seguridad y la celebración de las carreras.

Todo esto ha supuesto importantes cambios en la gestión del campeonato y en el que los circuitos y países organizadores tuvieron que poner de su parte ya que, aunque no tuvieron que aportar el canon, sí tuvieron que asumir los gastos de organización, aunque por otro lado los impactos mediáticos han seguido siendo considerables para los países que han acogido las pruebas.

Bonito homenaje a Carmelo Ezpeleta en Portimao

Al final y gracias al esfuerzo de todos, el Mundial se ha podido celebrar sin apenas sobresaltos, con Joan Mir en MotoGP, Enea Bastianini en Moto2 y Albert Arenas en Moto3 como nuevos campeones, en el mundial más apretado de los últimos años y con una gran valoración por parte de las partes implicadas. No recuerdo un reconocimiento como el aplauso dedicado a Carmelo Ezpeleta en la última prueba en Portimao, un acto que demuestra que estamos ante uno de los mejores gestores deportivos que existen y del que este país algún día debería reconocer con alguna distinción, como el Premio Princesa de Asturias del Deporte.