Soy español, ¿a qué quieres que te gane? Aquella famosa frase ha caído en desuso. Ni ya ganamos tanto ni tenemos tanto por lo que presumir. Hay talento pero no suficiente para dominar el mundo deportivo.
España debe estar en el próximo Mundial de fútbol. No se entendería que una de las mejores ligas del mundo y con jugadores que militan en alguno de los mejores equipos del mundo no estuviese representada en la cita de Catar 2022. Pero las últimas actuaciones del combinado de Luis Enrique han vuelto a destapar la realidad del fútbol español: tenemos buenos futbolistas, algunos prometedores, pero ninguno en la lista de los llamados a dominar el fútbol de los próximos años.
Talento y carisma
Algo que también sucede si repasamos otros deportes. En motociclismo, y tras la ausencia por lesión de Márquez se ha demostrado que el relevo es posible pero que a la capacidad deportiva no es fácil unir el carisma. Joan Mir, actual campeón del Mundo, no ha ascendido a esa categoría como tampoco llegan Viñales o Rins a la que tuvieron Lorenzo o Pedrosa. Y no hablamos de títulos.
En Fórmula Uno sucede algo parecido. Que Carlos Sainz es un gran piloto no hay dudad. Pero para ser el heredero de Fernando Alonso necesitará bastante más. Ferrari podría ser el trampolín pero la vuelta de Alonso le obliga a compartir, o quizá quitarle, protagonismo.
Veteranos
Y para terminar este repaso basta con citar a Rafa Nadal, sin sucesor en el horizonte; a Muguruza, la que podría tener un mayor impacto aunque no ha terminado de alcanzar cotas de Arancha Sánchez Vicario; Valverde, que con 40 años, sigue siendo la cabeza visible de nuestro pelotón ciclista; o Pau Gasol, también de 1980, que dejó en la NBA un hueco que no han conseguido llenar ni su hermano Marc ni los Ricky, Juancho y Willy, que pelean por sobrevivir en la NBA.