Ya es oficial. James Rodríguez ya no es jugador del Real Madrid. Abandona la nave blanca y se marcha con destino a Liverpool en busca de los minutos que tanto se le han resistido con Zinedine Zidane y con la resignación de no haber podido cumplir las expectativas creadas.
En 2014, James Rodríguez llegó al Real Madrid como una estrella de talla mundial, tras su increíble Mundial de Brasil. Empezó además con muchísimo éxito, ya que debutó ganando la Supercopa de Europa ante el Sevilla y, después, marcó su primer gol como madridista en el derbi de la Supercopa de España ante el Atlético de Madrid.
Después, cogió una buena racha positiva de goles y de encuentros seguidos jugados, que le permitieron cuajar una excelente primera temporada en Chamartín. Sin embargo, la llegada de Rafa Benítez, primero, y, después de Zinedine Zidane acabaron relegándole al banquillo.
Se marchó al Bayern de Múnich cedido en busca de minutos, pero allí tampoco pudo hacerse con un hueco en el once inicial. Y tras dos años en Alemania, regresó al equipo de Zidane para dar más goles al equipo. Sin embargo, ha pasado una temporada completamente en el ostracismo y por eso Florentino Pérez le ha dejado marchar prácticamente a coste cero para reducir masa salarial en la plantilla.