El español Óscar Husillos y el dominicano Luguelín Santos, que había obtenido las medallas de oro y plata en la final mundialista de 400 metros, han sido descalificados por pisar fuera de calle. La medalla de oro pasa al checo Pavel Maskal con 45.47, la de plata al estadounidense Michael Cherry con 45.84 y la de bronce al trinitense Deon Lendore con 46.37.
La ruleta de las descalificaciones, que dio lugar al hecho insólito de que todos los atletas de una misma serie resultaran descalificados, se ha cobrado en la final a los dos mejores, Husillos y Santos.
El español había ganado la carrera tras avasallar a sus rivales con una marca de 44.92 que habría sido la mejor marca en la historia de los campeonatos y nuevo récord de Europa. Luguelín Santos, subcampeón olímpico en Londres 2012, llegó segundo con 45.09, que habría sido nuevo récord nacional, y el checo Pavel Maslak, dos veces campeón, había llegado tercero con 45.47.
Husillos dominó la carrera de punta a cabo. Tomó la cuerda al entrar en calle libre, pasó el 200 en 21.26 y no dejó la menor opción a sus rivales en el último giro. Pero el vídeo reveló que había pisado fuera de calle y recibieron la mala noticia cuando atendían a la prensa.
De no haber sido descalificado, Husillos habría borrado de las listas el viejo récord de Europa del alemán Thomas Schoenlebe (45.05), que databa de hace treinta años, del 5 de febrero de 1988.
El palentino era el tercer español que subía al podio de 400 en unos Mundiales bajo techo. Antes lo hicieron Cayetano Cornet (bronce en Budapest'89 y Sevilla'91) y Sandra Myers (plata en Sevilla'91). Su marca era, además, la mejor conseguida por un español tanto en sala como al aire libre, ya que el récord nacional al aire libre lo tiene Cayetano Cornet con 44.96.
Era la novena carrera de la temporada para el velocista de Astudillo, de 24 años, que este año había ganado todo lo que ha corrido, tanto en 200 como en 300 y 400 metros.
Su marca de semifinales (45.69, otro récord de España y el mejor crono de la historia en las semifinales de un Mundial) le asignaba una buena calle en la carrera por las medallas, la seis, provista de una curva amplia y una pequeña rampa en descenso para lanzarse en busca de la calle libre.