La Federación lamenta la noticia del fallecimiento de Elayyan, de 33 años y que había sido internacional con los 'Futsal Whites' absolutos en diecinueve ocasiones.
Según la NZF, Elayyan estaba orando en la mezquita Al Noor próxima al parque Hagley y su familia ha confirmado que es una de las cincuenta víctimas mortales.
Nacido en Kuwait, era un "miembro respetado de la industria tecnológica de Christchurch", casado con Farah y con una hija, Aya. Andrew Pragnelli, director ejecutivo interino de la Federación, aseguró que era un día "triste" y tuvo un recuerdo para todas las personas implicadas en la tragedia, en la comunicad del fútbol y el fútbol sala del país y en la familia del guardameta.
"Todavía es difícil comprender lo que sucedió en Christchurch el viernes por la tarde. En nombre de todos en New Zealand Football, nuestros pensamientos y oraciones se dirigen a todos los que han sido afectados por estos atroces actos de violencia. Mi corazón está con la comunidad de futsal. Son un grupo muy unido y esta noticia de la muerte de Atta será devastadora para todos los que participan en el juego. Sentimos su dolor y su pena", dijo Pragnelli.
Josh Margetts, director de desarrollo del fútbol sala en Nueva Zelanda, era compañero de equipo de Elayyan en los Futsal Whites y se sintió destrozado al enterarse de la noticia.
"Atta fue un gran hombre y muy apreciado por todos los integrantes de la plantilla de Futsal Whites y de la comunidad futbolística. No hay palabras para resumir cómo nos sentimos todos. Hay un gran daño en nuestros corazones al conocer la pérdida de una gran persona y una buena pareja. Se le echará mucho de menos", manifestó.