Cuando tocó la cima del certamen que decide quién es el hombre más fuerte del mundo, Eddie Hall estuvo también cerca de la muerte. Fue el primer hombre en levantar 500 kilos durante un torneo, algo que hizo que algunas de las venas de su cabeza explotasen, haciéndole perder el conocimiento.
Después de su segunda victoria, en 2017, Hall cambió su vida. Comenzó una dieta y un entrenamiento para bajar los cerca de 200 kilos que pesaba. Este proceso se ha visto reflejado en unos últimos 17 días en los que su cuerpo ha cambiado por completo.
"Hice ejercicio durante más de tres horas al día, dormí ocho horas y bebí siete litros de agua con mucha fruta y verduras", explica Hall, que compartió sus progresos en su cuenta de Instagram.
Es la nueva vida de 'La bestia', cuyo desgarrador testimonio sobre las secuelas que le dejó sus excesivos retos le hizo ver la vida de otra manera: "Tuve hemorragias nasales, experimentó síntomas de conmoción cerebral durante tres o cuatro semanas, ni siquiera era capaz de recordar el nombre de mi mujer o de mis hijos".
En dos años, ha bajado un total de 40 kilos, perdiendo nueve kilos durante esos últimos 17 días: "Medí mi éxito por el espejo y los resultados a simple vista".