El número uno del mundo había ganado el primer set por 6-3 y el segundo iba a favor de Ferrer, muy animado por los seguidores hasta que sus dolencias le llevaron a abandonar el partido.
Y es que Ferrer fue protagonista de principio a fin del partido. Primero porque en los días previos había anunciado que éste sería su último Grand Slam -no pasó de primera ronda en ninguno de ellos esta temporada- y después porque no pudo finalizar el partido cuando ganaba el segundo set 4-3.
A Nadal le costó encarrilar el primer set pero se le vio más poderoso que su rival en todo momento. En los primeros juegos, Nadal y Ferrer protagonizaron espectaculares puntos muy ovacionados por un Arthur Ashe Stadium casi lleno.
Nadal aprovechó las primeras dudas de Ferrer para ponerse en un 3-1, que con un poderoso saque lo convirtió finalmente en un 6-3 para el mallorquín.
Ferrer, que eclipsó por momentos a Nadal en el apoyo del público, empezó fuerte y rompió el saque del número uno, en una pista con un alto grado de humedad y bochorno.
Con un 2-2 en un set muy disputado, Ferrer empezó a notar molestias en la parte baja de su gemelo izquierdo, lo que le llevó a requerir de los servicios del fisioterapeuta en la pista.
En un primer momento, el alicantino, con 36 años y un amplio palmarés a sus espaldas, pareció entrar de nuevo en el partido y ganó el siguiente juego con un ace y rompiendo el saque de Nadal.
David Ferrer, muy profundo y rápido, logró una ventaja de 2-4 en el segundo set, que finalmente quedó en un 3-4 y la necesidad de parar ante la lesión.
Al finalizar el partido, Ferrer dijo que no pudo continuar por las molestias y el "dolor" en una zona en la que ya se lesionó en otras ocasiones.