El Madrid anotó sólo 6 de los 26 triples que intentó, lo que a la postre le llevó a sufrir más de la cuenta y a ganar el partido en un final más que ajustado y por una pillería de Campazzo, que tiró a fallar un último tiro libre a falta de 2.9 segundos, con el que ya sería el marcador definitivo.
Nada que ver la intensidad y concentración del Real Madrid con respecto al partido del pasado domingo. Otra cosa es que el motor funcione redondo y que no se sobrecaliente tras los malos resultados de las últimas semanas. El arreón inicial de los locales lo neutralizó Matt Janning con dos triples, llevando el marcador a una situación de igualdad, 11-10 (min. 5.15).
Anthony Randolph se emparejó con Toko Shengelia, Fabien Causeur con Janning y Jeff Taylor con Shavon Shields. El Madrid de Pablo Laso trató de taponar las fuentes de puntos de los vitorianos y lo consiguió a medias, porque las suyas también se secaron.
Facu Campazzo se quedó sin ideas y nadie encontró el camino hacia el aro ante, también hay que decirlo, la buena y fuerte defensa de los baskonistas. Así es que el 14-19 de final del primer acto fue lógico. En el segundo cuarto el Madrid encontró, por fin, alguien enchufado en ataque, Trey Thompkins, que además cumplió en defensa con Shengelia. Gaby Deck también tuvo buenas acciones. Y también Shields. Por contra, los fallos defensivos de Sergio Llull le mandaron al banco antes de tiempo.
El partido se espesó, las defensas pudieron con los ataques, el control con la genialidad, en ambos bandos, y el 37-38 con el que se llegó al descanso lo reflejó a la perfección. Pablo Laso y Dusko Ivanovic, entrenador del Baskonia, jugaron su
particular partida de ajedrez, moviendo jugadores y defensas
buscando anular los puntos fuertes del rival.
A estas alturas de partido ya estaba claro que ningún equipo iba a regalar nada y que el que fuera más duro, más consistente, más tenaz y constante iba a tener mucho ganado. Después de muchos minutos abajo en el marcador, el Madrid se puso en números negros, 43-42 (m.23). Y dos contras finalizadas con sendos mates de Walter Tavares y Deck, fruto de la buena defensa, hicieron que Ivanovic parara el partido, 47-44 (m.24).
El técnico balcánico empezó a ver cómo se torcían las cosas para sus intereses y recurrió a Ilimane Diop para contrarrestar a un más enchufado Tavares, toda vez que ni Michael Eric, ni Youssoupha Fall le habían podido parar.
En un visto y no visto, el equipo vitoriano logró otra vez la igualada, a 49 (m.28), pero al final del tercer cuarto se llegó con ventaja blanca por 53-49. El Baskonia fue el que dio el primer paso en el último cuarto conun ataque más fluido, 57-58 (m.33), aprovechando la pésima puntería de Llull, 0-3 de tiros de 2 y 0-4 en triples hasta ese momento.
El lanzamiento desde la línea de 6,75 metros se le atragantó al Madrid y la ansiedad se fue apoderando de sus tiradores conforme pasaban los minutos. Sólo Thompkins estuvo en una línea positiva, 60-60 (m.35.30). De ahí hasta el final, cada balón comenzó a valer su peso en oro, cada pase fue fundamental y cada bloqueo una cita con el destino. Los tiros fueron un duelo a muerte sin rehenes, 64-64 (m.38.20).
La valentía de Campazzo, de Thompkins, de Shengelia, materializó los movimientos de cirujano que ordenaron tanto Laso como Ivanovic. Entre tiempos muertos y tiros libres los últimos minutos parecieron eternos y fue un último libre lanzado por Campazzo a fallar el que dio el triunfo al Real Madrid.