Este domingo 12 de mayo, casi seis millones de catalanes están llamados a las urnas para votar en las elecciones al Parlament de Cataluña. Unos comicios que llegan en un momento clave en el tablero político nacional.
Las últimas encuestas dan como ganador al PSC de Salvador Illa, aunque entran en juego las posibles alianzas para formar una mayoría que necesita de 68 escaños en Cataluña. En el lado opuesto, se encuentran formaciones que pueden ser clave para llegar a esa mayoría, como es el caso de Aliança Catalana.
Esta formación, independentista y de ideología de ultraderecha, no pactaría en ningún escenario con el PSC, pero puede ser decisiva en otros supuestos. Aliança Catalana aboga por un nacionalismo "fuerte" y salvar la lengua y cultura catalanas, acabar con la inmigración ilegal, la "inseguridad" o el "empobrecimiento" causado por los recursos que "roba" España.
¿Dónde gobierna Aliança Catalana?
Para entender el origen del partido, hay que remontarse a las elecciones municipales de 2019, cuando Silvia Orriols fue la cabeza de lista de Frente Nacional de Catalunya en Ripoll, municipio de Girona. La formación logró un concejal y Orriols acabó abandonando Frente Nacional por discrepancias.
En ese momento, Orriols fundó Aliança Catalana, partido con el que se presentó en las municipales de 2023. Aliança Catalana fue la fuerza más votada en Ripoll con un 30% de los votos y sacando seis concejales. La propia Orriols se convirtió en alcaldesa del municipio gracias al apoyo de Junts.
Por ello, se ha relacionado mucho a Aliança Catalana con Junts y un posible apoyo si la candidatura de Carles Puigdemont acaba recabando los apoyos suficientes. No obstante, desde Junts se han suscrito a la 'Declaración de Unidad contra el Fascismo y el Racismo', un texto en el que se hace referencia a un pacto para hacer un cordón sanitario a Vox y Aliança Catalana. El primero de los puntos explicita que estas formaciones no aceptarán, por acción o por omisión, los votos de ninguna formación de extrema derecha para conformar una eventual mayoría de investidura ni de gobierno.
También acuerdan establecer los acuerdos necesarios para impedir la presencia de estos partidos de extrema derecha en la Mesa del Parlament, en las mesas de las comisiones y en otros órganos de la cámara catalana. La misma medida que aplicarán en los nombramientos que el conjunto institucional de la Generalitat tiene potestad para realizar. Tampoco suscribirán las iniciativas parlamentarias conjuntas con estos partidos y trabajarán para evitar que prosperen sus iniciativas. Todo ello con el objetivo de no legitimar la acción política de estas formaciones a las que acusan de "fomentar el odio y minar la propia democracia".
Aunque Junts se ha suscrito a este pacto, Puigdemont ha recriminado a las otras formaciones que han firmado este cordón sanitario que les haya "excluido de la génesis de este documento" para poder decir que no estaba su formación e intentar sacar rédito partidista.