De cara a las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, la población de Estados Unidos captura todas las miradas. Con más de 334 millones de habitantes, el país está listo para demostrar, una vez más, el importante peso que su población tiene en el proceso electoral.
Las encuestas actuales revelan un enfrentamiento muy reñido entre el expresidente Donald Trump, candidato republicano, y la actual vicepresidenta Kamala Harris, que representa al Partido Demócrata tras la decisión de Joe Biden de no postularse para la reelección.
Además, el contexto electoral de este año se ve enriquecido por datos que evidencian la creciente participación ciudadana en comicios anteriores. En 2020, la participación alcanzó un notable 66,7%, un hito que no se había visto desde los años sesenta, cuando aproximadamente el 63% de los votantes eligieron a John F. Kennedy como presidente de Estados Unidos, concretamente, en 1960.
Sin embargo, la historia electoral del país, tradicionalmente marcada por un sistema bipartidista, refleja ahora una población activa y decidida a influir en su futuro. En este clima político polarizado, la diversidad de la población se convierte en un factor crucial que definirá el rumbo de EE.UU en los próximos años.
Crecimiento demográfico: una mirada a las estadísticas
Desde su independencia en 1776, la población de Estados Unidos ha experimentado un crecimiento exponencial. En el año 1900, la población era de aproximadamente 76 millones de habitantes. Este número ha aumentado significativamente a lo largo de los años, alcanzando una población de 335.135.000 en 2024, lo que supone un crecimiento de más de 259 millones de personas en más de un siglo.
Sin embargo, las tasas de crecimiento han comenzado a desacelerarse en las últimas décadas. Entre 2010 y 2020, la población creció un 7.4%, lo que representa una disminución con respecto al 9.7% registrado entre 2000 y 2010. La Oficina del Censo de Estados Unidos ha señalado que esta desaceleración se puede atribuir a varios factores:
- Disminución de la tasa de natalidad: la tasa de natalidad en Estados Unidos ha disminuido progresivamente durante varios años, alcanzando 11% en 2024. Esto indica que menos familias están teniendo hijos, lo que contribuye al crecimiento más lento.
- Envejecimiento de la población: una parte significativa de la población está envejeciendo, lo que significa que hay un aumento en la proporción de personas mayores en comparación con los jóvenes. Esto afecta no solo la tasa de natalidad, sino también la dinámica laboral y el sistema de salud.
- Cambios en la política migratoria: las políticas migratorias han experimentado cambios significativos, lo que ha influido en el número de inmigrantes que llegan al país. Aunque la inmigración sigue siendo un motor importante del crecimiento poblacional, las restricciones y regulaciones más estrictas han reducido el flujo de nuevos inmigrantes en los últimos años.
El crecimiento poblacional también ha sido impulsado por la diversidad racial y étnica del país. Estados Unidos es uno de los países más diversos del mundo, y esto se refleja en su composición demográfica. Según las proyecciones, se estima que para 2030, la población alcanzará aproximadamente 350 millones, lo que indica que, a pesar de la desaceleración, el crecimiento poblacional continúa.
Diversidad étnica y racial: un crisol de culturas
Según los datos recientes del censo, el 75.3% de la población se identifica como blanca, con un 58.4% siendo blancos no hispanos. La comunidad hispana o latina, con un crecimiento sostenido, representa el 19.5% de la población, lo que los convierte en el grupo de mayor expansión, superando el crecimiento de los blancos no hispanos. Este aumento es especialmente notable en varios estados y áreas metropolitanas, como California, Texas, Florida, Nueva York y Arizona. En particular, dicho incremento es evidente en ciudades como Los Ángeles, Houston, Miami y Nueva York.
Los afroamericanos conforman el 13.7% de la población, mientras que los asiáticos alcanzan un 6.4%, reflejando un crecimiento también significativo. Por su parte, el 3.1% de los residentes se identifica como de dos o más razas, y un 1.3% se define como indígena americano o nativo de Alaska.
Además de la diversidad racial, el panorama cultural de Estados Unidos se caracteriza por una notable variedad lingüística: más del 21.7% de los habitantes habla un idioma diferente al inglés en sus hogares.
La comunidad hispana no solo es demográficamente relevante, sino que también juega un papel cada vez más crucial en la economía, la política y la cultura, especialmente en estados como California, Texas y Florida, debido a la proximidad geográfica, a oportunidades económicas y a una conexión cultural e histórica con América Latina. A su vez, las comunidades asiática y afroamericana están en expansión en áreas urbanas y suburbanas, destacando también por su influencia económica y cultural en el país.
Distribución geográfica: ciudades vs áreas rurales
En 2024, más del 82% de la población en Estados Unidos reside en áreas urbanas. Las grandes áreas metropolitanas como Nueva York, Los Ángeles y Chicago siguen siendo centros poblacionales dominantes, aunque ciudades como Austin, Seattle y San Francisco están emergiendo rápidamente, debido a su atractivo para trabajadores jóvenes y aquellos interesados en la tecnología y las industrias creativas. Nueva York, por ejemplo, continúa liderando como la ciudad más poblada del país, con más de ocho millones de habitantes, seguida de cerca por Los Ángeles, con aproximadamente cuatro millones y Chicago con cerca de 2.7 millones.
Este éxodo urbano ha provocado un incremento de los precios de vivienda y el costo de vida en las ciudades. En paralelo, la expansión suburbana ha sido impulsada tanto por el crecimiento natural de la población como por una migración constante desde áreas rurales, buscando mejores oportunidades laborales y acceso a servicios. Sin embargo, esta migración urbana ha generado desafíos importantes, como el aumento de la congestión de tráfico, la escasez de vivienda asequible y mayores demandas en servicios públicos como el transporte y la infraestructura.
Por otro lado, las zonas rurales, en particular en el Medio Oeste y el noreste de EE. UU, han visto una disminución continua en su población, debido a factores como el envejecimiento demográfico y la salida de jóvenes que buscan oportunidades en centros urbanos.
Esto ha dejado a muchas de estas áreas con una economía debilitada, servicios limitados y una creciente dependencia de sectores como la agricultura y el turismo. Sin embargo, algunas regiones rurales en el sur y el oeste han atraído nuevos residentes, especialmente personas mayores y trabajadores remotos que buscan un costo de vida más bajo y el atractivo de espacios abiertos. Esta dinámica ha sido observada en zonas como Idaho y partes de Texas y Nevada, donde el acceso a la naturaleza y la posibilidad de trabajar a distancia se vuelven puntos de atracción importantes.
Estructura familiar y dinámicas sociales
En 2024, cerca del 28% de los hogares son unipersonales. Esto se debe en parte a un cambio en las actitudes hacia el matrimonio y la convivencia, con menos personas optando por formar hogares tradicionales y más inclinadas a vivir solas o en arreglos no convencionales.
El tamaño promedio de los hogares ha disminuido a medida que se han hecho más comunes tanto las familias pequeñas como los hogares sin hijos. La edad de matrimonio también ha aumentado, y cada vez más adultos jóvenes postergan el casamiento y la crianza de hijos en favor de la educación y el desarrollo profesional. Las dinámicas de convivencia también han cambiado; el matrimonio ha disminuido en popularidad en comparación con décadas anteriores, y el número de parejas que eligen vivir juntas sin casarse sigue en aumento.
Otro factor que define la composición familiar, de acuerdo con análisis elaborados por el Pew Research Center, es el envejecimiento de la población. En la actualidad, el número de personas mayores de 65 años sigue aumentando, representando una proporción creciente de la población total. Según proyecciones, este grupo podría constituir alrededor del 20% de la población para 2030, lo que plantea desafíos importantes para el sistema de salud, la atención a mayores y los programas de pensiones.
Además, a medida que esta población envejece, la demanda de servicios especializados también aumenta, impulsando el desarrollo de infraestructuras para el cuidado de la tercera edad, desde servicios médicos hasta centros de asistencia a largo plazo.
Proyecciones futuras: un país en evolución
Las proyecciones de población indican que Estados Unidos continuará en transformación en las próximas décadas, aunque el crecimiento se prevé más lento que en etapas anteriores.
Se estima que, para 2045, las minorías raciales y étnicas —incluyendo hispanos, afroamericanos, asiáticos y otros grupos— superarán el 50% de la población total, un cambio que marcaría a Estados Unidos como una nación en la que los grupos considerados "minorías" se convertirán en mayoría.
Según estudios del Pew Research Center y de la Urban Institute y Brookings Institution, este cambio poblacional influirá en políticas de inclusión y en la representación de diversas comunidades en el ámbito político, así como en el mercado laboral, con un aumento en la demanda de trabajadores jóvenes, especialmente en sectores que respaldan la economía de cuidado para la población envejecida.
La estructura de servicios sociales y sanitarios tendrá que adaptarse a una población de adultos mayores cada vez más grande, ya que se proyecta que para 2035 las personas mayores de 65 años superarán en número a los menores de 18 años. Además, se espera que la inmigración continúe desempeñando un papel importante en el crecimiento y diversificación de la población, compensando en parte el descenso en la tasa de natalidad nacional. Este flujo migratorio contribuirá a mantener la vitalidad del país en varios sectores económicos y culturales, y a la vez reforzará la tendencia hacia una mayor multiculturalidad.