Del 6 al 9 de junio, los ciudadanos de la Unión Europea tendrán la oportunidad de elegir a sus representantes en el Parlamento Europeo. En España, estas elecciones están programadas para el domingo 9, y, en estos comicios, se seleccionarán 720 diputados, 15 más que en las elecciones anteriores de 2019. Estos representantes legislativos serán la voz de casi 450 millones de personas en toda Europa.
Ahora bien, ¿qué ocurrió en 2019? En aquel entonces, las elecciones marcaron un momento crucial en la historia política de la Unión Europea. ¿Cómo fue la participación en 2019? ¿Qué significó este hito para el proyecto europeo?
De acuerdo con la información proporcionada por el Parlamento Europeo en su sitio web oficial, las elecciones europeas de 2019 registraron una participación del 50,66%, lo que representa un aumento considerable en comparación con el 42,61% de las elecciones de 2014. Este incremento es notable, ya que la participación había disminuido continuamente desde las primeras elecciones directas al Parlamento Europeo en 1979.
Concretamente, las elecciones europeas de 2014 tuvieron una participación del 42,61%, y las de 2009, un 43%. No obstante, según los informes del Parlamento Europeo, esta situación se revirtió de manera significativa en 2019 y fueron varios los factores que contribuyeron al aumento de la participación:
- Conciencia política y social: hubo un aumento en la concienciación sobre la importancia de las elecciones europeas y su impacto en la vida cotidiana de los ciudadanos. Las campañas de sensibilización por parte de instituciones europeas y organizaciones no gubernamentales desempeñaron un papel vital.
- Movilización de los jóvenes: los jóvenes europeos, motivados por movimientos sociales y preocupaciones sobre el cambio climático, el futuro del trabajo y la justicia social, acudieron en mayor número a las urnas.
- Contexto político: la creciente polarización política y la aparición de nuevos partidos y movimientos, tanto de derecha como de izquierda, movilizaron a más votantes.
Distribución geográfica de la participación
De acuerdo con los informes oficiales del Parlamento Europeo, las comisiones electorales de cada estado miembro, los informes de observación electoral y los análisis post-electorales, la participación varió considerablemente entre los estados miembros.
Por ejemplo, en Bélgica y Luxemburgo, dos países donde el voto es obligatorio, se registraron tasas de participación excepcionalmente altas, superando el 80%. Por otro lado, países como Dinamarca y Alemania también exhibieron una participación notablemente alta, con cifras rondando el 65%.
Sin embargo, en Europa del Este, la participación fue más variable. Países como Eslovaquia experimentaron tasas de participación significativamente más bajas, alrededor del 22%. Por su parte, Francia registró una participación del 50,12% en las elecciones de 2019, un ligero aumento en comparación con el 42,43% de las elecciones anteriores de 2014, y en Italia la participación en las elecciones de 2019 fue del 57,22%, un incremento significativo en comparación con el 56,01% de las elecciones de 2014.
Polonia registró una participación del 45,68% en las elecciones europeas de 2019, un notable aumento en comparación con el 23,83% de las elecciones anteriores de 2014, Alemania, una de las principales potencias de la UE, registró una participación del 61,4%, bastante superior al 48,1% de las elecciones anteriores, y los Países Bajos, conocidos por su sólida tradición democrática, tuvieron una participación del 41,8%, un ligero aumento en comparación con el 37,3% de las elecciones anteriores.
Finalmente, a pesar del proceso de Brexit en curso, Reino Unido registró una participación del 37%, frente al 35,6% de las elecciones anteriores y Suecia, conocida por su alta participación electoral, tuvo una participación del 54,5% en comparación con el 51,1% de las elecciones anteriores.
Por lo tanto, generalmente, Europa fue protagonista de un aumento en la participación, especialmente entre los jóvenes, lo que, de acuerdo con el Parlamento Europeo, reflejaría un renovado interés en los asuntos europeos y una mayor conciencia de la importancia de dicha cámara parlamentaria.
