Los españoles votaron en las elecciones generales el domingo 23 de julio. La convocatoria se realizó de forma anticipada, ya que estaba prevista para finales de año. Pedro Sánchez, actual presidente en funciones, consideró adelantarlas después de los malos resultados obtenidos por el Partido Socialista (PSOE) tras las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo y la posibilidad cierta de una rebelión interna dentro del partido.
Con un Parlamento aún sin constituir y un jefe de gobierno en funciones, España sigue ostentando la presidencia del Consejo de la Unión Europea desde principios de junio.
El gobierno en funciones, en nombre del país, es el que tiene la responsabilidad de dirigir las reuniones, pendientes de saber quién podrá, o siquiera intentará, formar gobierno.
Mientras tanto, las relaciones institucionales siguen siendo lideradas por el Ministerio de Asuntos Exteriores y la Representación Permanente y Presidencia del Gobierno. Además, cada uno de los ministros preside la comisión que le corresponde.
La creación de espacios de consenso, imprescindible
Pero, más allá de llevar los asuntos cual contable, se encuentra el liderazgo político en los debates y la creación de espacios de consenso, imprescindibles para alcanzar resultados de calado a nivel internacional. La construcción de consensos en el contexto de la Unión Europea conlleva un trabajo tranquilo, que tiene que contar con expertos con legitimidad y capacidad política.
La representación institucional corresponde al país que preside, pero la capacidad de avanzar las políticas es de aquellos lideres políticos que desenredan la maraña y consiguen el acuerdo o que avanzan ideas hasta ese momento no propuestas. Queda por ver si un gobierno en funciones tiene la capacidad de ejercer ese liderazgo.
Hay que tener en cuenta que las propuestas se han decidido de antemano en una agenda coordinada por la presidencia anterior y las dos posteriores, y el ministro ejerce de líder pero no de única voz.
Las instituciones comunitarias están habituadas a los cambios de gobierno, ya que siempre se encuentran en un eterno ciclo electoral en los estados miembros. En este caso la novedad es la alta responsabilidad que durante estos meses cae sobre los hombros de la presidencia española mientras sigue en funciones. Entre las opciones de las que se habla se encontraría un posible bloqueo en España y la imposibilidad de formar gobierno, y posibles elecciones. En ese caso, Pedro Sanchez sería el presidente durante casi la totalidad de la presidencia española.
España, un país políticamente estable
Internacionalmente, España está considerada como un país políticamente estable, con unas instituciones y partidos que responden a los intereses generales y una posición en el contexto europeo que, con algunas épocas complicadas, responde a las obligaciones.
Un resultado electoral con dificultades para formar gobierno no debiera ser un impedimento para mantener esta trayectoria.
A la espera de los resultados de los votantes en el exterior de España, que pueden provocar cambios en algunas circunscripciones, pero que no harían variar de forma sustancial la situación general, el amplísimo triunfo del PP pronosticado en las encuestas no se ha cumplido. Los resultados que se han obtenido exigen utilizar la calculadora.
En el caso español, como sistema parlamentario, la elección del presidente del gobierno se realiza en el Congreso de los diputados, con 350 asientos. La mayoría absoluta se alcanza, por tanto, a los 176 escaños.
El PP, ganador de las elecciones, ha conseguido 136 escaños y Vox 33, sumando entre ambos 169. A esto se podrían añadir otros dos partidos regionalistas, llegando a un máximo de 171 escaños.
La coalición de la izquierda podría contar con el PSOE, que ha conseguido 122, y Sumar 31. Es decir, 153. Todos los partidos minoritarios de izquierda o independentistas vascos o catalanes que son susceptibles de apoyar al PSOE (y que ya lo hicieron, de una forma u otra, en el anterior gobierno) suman otros 19 escaños más, que harían un total de 172 en ese bloque. Es decir, el PSOE y sus socios están un poquito más cerca de formar gobierno que el PP. Pero ninguno roza la mayoría absoluta.
Que el PP pueda pactar con Vox, con un discurso cada vez más conservador y centralista, le inhabilita para pactar con otros socios antiguos como, por ejemplo, el Partido Nacionalista Vasco (PNV), antiguamente un partido cristiano demócrata, que tiene otros cinco escaños. El PNV ha rechazado frontalmente sentarse en una mesa de diálogo con Vox.
Los siete escaños que no se han contado todavía serían los que pertenecen al partido independentista catalán Junts per Catalunya, el de Carles Puigdemont.
De momento solo cabe esperar a la constitución del Parlamento a mediados de agosto y ver cómo se van cerrando los apoyos entre los diferentes partidos. Mientras tanto, España seguirá ostentando la presidencia del Consejo de la Unión Europea.
Carmen Isolina Egea Gutiérrez - Cortines, Profesora Políticas Públicas y Unión Europea, Universidad Francisco de Vitoria
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.