El Rey ha decidido proponer al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, para que se someta al debate de investidura, tras la ronda de consultas que ha realizado este lunes y martes con las siete formaciones del Congreso que han querido acudir al Palacio de la Zarzuela. Así lo ha anunciado la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, que ha comparecido ante los medios para comunicar la decisión del rey Felipe VI tras la ronda de consultas.
Por lo tanto, esta decisión activa el reloj institucional de los plazos para la sesión o sesiones de investidura o, si fuera necesario, para la repetición de elecciones.
A efectos prácticos, el hecho de que tras la primera ronda de contactos haya salido un primer candidato supone que comienzan a contar los únicos plazos que establece la Constitución una vez constituidas las nuevas Cortes.
En su artículo 99 la Carta Magna establece que si transcurrido el plazo de dos meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato obtiene la confianza de la cámara, el rey disolverá ambas cámaras y convocará nuevas elecciones, que se celebrarán 47 días después
¿Quién decide la fecha de investidura?
Según el artículo 170 del reglamento del Congreso, la potestad de poner fecha al pleno de investidura es para la recién elegida presidenta del Congreso, Francina Armengol.
Sin embargo, Armengol no tiene un plazo fijado para hacerlo, por lo que puede precipitar o dilatar el calendario todo lo que quiera o le convenga.
En la última legislatura transcurrieron 33 días entre la constitución del Congreso y la primera votación de investidura de Sánchez, pero en la anterior (que terminó en repetición electoral) se tardaron 63 días.
¿Cuándo podría ser la investidura?
Lo primero que le corresponde a la presidenta del Congreso es reunirse con el candidato designado y la convocatoria de una reunión de la Mesa del Congreso, en la que se constituirán los grupos parlamentarios y se designarán los portavoces de cada uno ellos. Será a partir de entonces cuando se puedan convocar sesiones plenarias.
Sobre cuál podría ser el día elegido por Armengol, el líder del PP ha dado alguna pista al defender tiempo para hablar, porque "hacer una investidura sin hablar con los grupos supondría un formato no parlamentario" e implicaría "desigualdad" respecto a otros aspirantes.
Armengol no ha querido pronunciarse sobre esta petición aunque si se ha mostrado dispuesta a facilitar las negociaciones.
Lo que sí estaría claro es que si se quieren dejar despejadas las navidades ante una hipotética convocatoria electoral el debate de investidura debería celebrarse la última semana de agosto o ya dejarlo para finales de septiembre.
Así se alejaría el peligro de unos comicios en fechas tan señaladas, una amenaza que ya se contempló en 2016 y obligó a modificar la ley electoral para reducir la campaña electoral de 15 a 8 días.