El Gobierno vive en la carretera
Para los socialistas, el 28M es la primera vuelta de las próximas elecciones generales. Pedro Sánchez lanza a sus ministros por toda la España electoral del 28M para que defiendan sus 2.500 alcaldías y nueve autonomías de las 12 que celebran elecciones. Las políticas sociales, la gestión de la pandemia y la crisis por la guerra Ucrania, sus mejores bazas, afirman en el partido. Los sondeos, los choques permanentes con Unidas Podemos, incluso en las próximas medidas contra la sequía y sus "relaciones peligrosas" con socios como Bildu o Esquerra, sus peores enemigos.
Madrid | 11.05.2023 16:25
Pocas veces unas elecciones municipales y autonómicas como estas han sacado tanto a un gobierno central a la carretera. Pocas veces un presidente y sus ministros han hecho campaña local como si fueran ellos los que se presentan en vez de dejar ese papel a sus candidatos a alcaldes y presidentes autonómicos.
Quizá porque estos comicios son como nunca una primera vuelta virtual de las próximas elecciones generales. Y es que esta vez no es como otras. Comienza la campaña del 28M y los mensajes locales y regionales propios de estas elecciones apenas se escuchan. El Gobierno sabe que perder ciudades importantes de más de 20.000 habitantes o autonomías como la Comunitat Valenciana o Castilla-La Mancha puede suponer el desastre en las Generales del próximo diciembre.
La estrategia de los socialistas es defender sus 2.500 alcaldías y sus nueve comunidades autónomas pero tomando medidas desde el gobierno central, recordando al electorado -dicen en Moncloa- lo que de verdad importa, que somos el gobierno de la gente.
El PSOE lo tiene claro -apuntan desde su sede en Ferraz-. Objetivo: conservar lo que tenemos. Y lo que tienen es que gobiernan en solitario en Asturias, Castilla-La Mancha y Extremadura y en coalición en Aragón, Canarias, Comunidad Valenciana, Baleares, Navarra y La Rioja.
Por eso el partido lanza por toda España una operación salida de ministros sin precedentes acompañada de anuncios y mensajes en clave nacional, que parecen tapar el discurso de sus candidatos de cartel (alcaldes y presidentes autonómicos) y que poco tienen que ver con los habituales discursos en unas elecciones locales y territoriales.
El presidente se reivindica en mítines diarios
El presidente se reivindica en mítines diarios con anuncios de ayudas contra la sequía, la desigualdad social o la vivienda porque se juega mucho más que la victoria de sus candidatos locales.
Desde el propio presidente y Secretario General del PSOE Pedro Sánchez (con actos a diario), pasando por todos sus ministros socialistas, diputados, senadores y miembros de la Ejecutiva del partido, todos se lanzan a la carretera para participar en una gira con cerca de 500 actos de campaña.
Y todo empieza este próximo sábado con el estreno de Sánchez en Sevilla, arropando a su candidato a alcalde, Antonio Muñoz, donde se espera que de nuevo hable del agua y de los recursos hídricos que "malgasta el PP de Andalucía" especialmente en Doñana. La gira terminará en Barcelona con su apoyo al candidato a la alcaldía de Barcelona Jaume Collboni.
Sánchez, en campaña: de Washington a Puertollano
Eso sí, antes de empezar, Sánchez cumple uno de sus objetivos como presidente del gobierno: ser recibido en Washington por el presidente Joe Biden justo al inicio de la campaña. Una cita que comenzó a fraguarse en la Cumbre de la OTAN del año pasado en Madrid y que sin duda Sánchez da por valida como parte de su agenda electoral. Sobre el papel, una foto con Biden en la Casa Blanca, como diría el portavoz socialista en el Congreso Patxi López "electoralmente, es un cañón".
Pero hay otras citas más incómodas para Pedro Sánchez en esta campaña como lo es la Comunitat Valenciana donde su candidato, el presidente Chimo Puig, ve peligrar su gobierno tripartito, según los sondeos, y donde además se enfrenta a las acusaciones del PP por haber favorecido presuntamente con contratos a dedo a su hermano durante su mandato como alcalde de Morella ("es la campaña más sucia del PP", se ha defendido Puig).
También podemos destacar la parada y fonda de Sánchez en el mitin de Puertollano de Ciudad Real. Allí toca arropar a uno de los líderes territoriales más alejado de la línea oficial y que se la juega en estas elecciones precisamente por tener un electorado alejado del modelo de pactos de Pedro Sánchez: Emiliano García Page, uno de los barones más críticos con Ferraz por sus acuerdos con los independentistas, los socios "decisivos" que diría el propio Arnaldo Otegui, líder de EH-Bildu, al igual que Esquerra Republicana de Cataluña.
En la dirección del PSOE lamentan y mucho esos reproches que García Page ha hecho al gobierno de Sánchez por sus amistades peligrosas con estos partidos. Pero desde Ferraz recuerdan al líder castellanomanchego que si mantiene esa línea crítica abierta en esta campaña puede volverse en su contra y que votantes socialistas en esa comunidad le retiren a él su apoyo. Eso provocaría que se pierda el escaño en disputa que, según los sondeos, daría el gobierno a un posible pacto PP-VoX.
Sin embargo García Page, acostumbrado a medir bien sus distancias, no cree que criticar a Sánchez por estos pactos le vaya a perjudicar y tampoco parece dispuesto en esta campaña a renunciar al socialismo que él llama de siempre y en el que no caben acuerdos con "los que no quieren saber nada de España".
El socio Bildu... se echa al monte
Que el 28M va a ser la primera vuelta de las elecciones generales de diciembre no lo niegan en la dirección del PSOE. Fuentes del partido señalan que, aunque hablen de lo suyo a nivel local, el grueso del mensaje de los candidatos autonómicos y municipales no puede ni debe olvidar referencias a lo que ha hecho el partido a nivel nacional sobre el esfuerzo económico y las medidas que ha tomado el gobierno central para mejorar la vida de las personas. Entre ellas, las ayudas al transporte, a la gasolina, el tope al precio de la energía, la nueva Reforma Laboral, la subida del Salario Mínimo y las más polémicas: las ayudas a la vivienda que incluyen avales del ICO de hasta el 25% para la compra de vivienda privada que ya han rechazado de plano sus socios de coalición y parte de los socios de investidura (Más País, Esquerra, BNG, PNV) a excepción de Esquerra y Bildu. Por cierto que esta complicidad solo se entiende, a juicio de la oposición y del propio PNV, por el apoyo que el PSOE espera tener de ellos, si fueran necesarios, el día después de las elecciones generales.
Pero todo ese paquete de medidas, muchas de ellas difíciles de cuantificar o de poner en práctica, pueden empañarse con algo inesperado que, de nuevo, como diría Patxi López, es munición para el cañón electoral pero, esta vez, para el cañón del enemigo, el PP. Hablamos de la inclusión en las listas municipales precisamente de Bildu, socio del gobierno, de al menos 44 etarras condenados por terrorismo.
La noticia de incluir como candidatos a terroristas de ETA condenador con delitos de sangre como Agustín Muiños número seis en la lista de Legutiano (Álava) o Begoña Uzkudun, número tres por Régil (Guipuzkoa) entre otros, ha pillado por sorpresa al gobierno de Sánchez que en la última sesión de control antes de esta campaña no pudo o no quiso responder a la portavoz del PP, Cuca Gamarra, cuando le reprochó: "Pedro Sánchez, usted compra a sus socios a cualquier precio. Paga incluso a Bildu, que se presenta a las próximas elecciones con 44 terroristas. Estos son sus socios, el cartel con el que se presentan al 28 de mayo".
Silencio de Sánchez, silencio de sus portavoces, pero nada de silencio por parte de los socialistas que se la juegan en la zona de influencia del propio Bildu. Es el caso de la presidenta navarra María Chivite que, aunque no le guste, pide respeto para esta decisión de incluir etarras asesinos en las listas porque "ETA desapareció hace diez años". Tampoco callan los socios de Unidas Podemos, interesados siempre en el apoyo que ofrece o pueda ofrecer Bildu. Su ministra más locuaz, Irene Montero, defendía enseguida la decisión de Arnaldo Otegui de incluir a etarras en carteles electorales señalando que “es un partido democrático que elige sus propias listas". Montero añadía que Bildu ha demostrado su "máximo respeto" a la legalidad y a la Ley Electoral.
Y luego está Unidas Podemos, Izquierda Unida, Sumar, Los Comunes, Más País, y más...
Pero para el PSOE, estas elecciones municipales son además una prueba de fuego para conocer cómo está el músculo electoral de los socios que tiene a la izquierda; el músculo de aquellos con los que sabe que tendrá que pactar tras las elecciones de diciembre.
Porque fuentes del gobierno señalan desde hace tiempo que reeditar otro pacto de coalición con Unidas Podemos es poco deseable, que hacerlo con Sumar de Yolanda Díaz sería más llevadero y que unos malos resultados este 28M de Unidas Podemos permitiría al Gobierno apostar por Yolanda Díaz como próxima interlocutora de esa nueva izquierda que podríamos llamar Unidas Podemos Sumar.
Por eso, esta campaña electoral será la prueba del algodón que haga brillar o no la relación de PSOE y Unidas Podemos. Y los últimos sondeos no les son propicios precisamente porque auguran el hundimiento de la coalición morada en territorios clave como Madrid o la Comunitat valenciana.
Así, y según el Observatorio Electoral de El Confidencial, a estas alturas de este súper año electoral Unidas Podemos apenas ronda el 5% de los votos en Madrid, Cantabria y La Rioja. En la C.Valenciana, Castilla La Mancha, Aragón o Canarias, oscila entre el 6 y el 7%. En Asturias, Murcia y Baleares, llega el 9%. En Navarra y Extremadura no pasa del 8%. Porcentajes muy a la baja para unas elecciones municipales y autonómicas en las que ni siquiera han presentado candidaturas en el 50% de la población española.
Además, a la izquierda del PSOE le penaliza la dispersión electoral (el entorno cercano ideológicamente a Unidas Podemos no es tan afín, ya que concurren sin marca única con más de doce nombres diferentes) lo que les ha hecho quedar fuera de los espacios gratuitos publicitarios del ente público RTVE que se emiten durante la campaña, concedidos por la Junta Electoral Central, aunque la formación de Ione Belarra ya ha recurrido dicha exclusión.
El escenario ideal para el PSOE es, al menos, poder retener el poder autonómico y municipal que por ahora le niegan los sondeos y llegar a las elecciones generales de diciembre sin depender tanto de Unidas Podemos. Después, que la formación liderada por Ione Belarra pierda fuelle en favor de Sumar para que Yolanda Díaz sea la próxima interlocutora de una coalición que por fin deje dormir tranquilo a presidente Pedro Sánchez. Pero para llegar a ese final de viaje aún quedan muchos días, semanas y meses. Aún queda mucha carretera.