Como cualquier foto es buena para la causa -la del electorado- la mayor parte de los candidatos se han pasado por la capilla ardiente del lehendakari ohia, José Antonio Ardanza. También lo ha hecho el de Bildu, Peio Otxandiano, quien ha mostrado su “máximo respeto” por la figura del político fallecido.
Juzguen ustedes si es cinismo o un paso más hacia la reconciliación asistir a un responso por alguien a quien Herri Batasuna -la madre de Bildu- denostó hace más de dos décadas. Peor todavía, apoyó a ETA, una banda terrorista que deseaba acabar, vía tiro en la nuca o coche bomba, con el Gobierno que dirigía Ardanza.
Independientemente de lo que cada ciudadano vasco piense de gestos como el de Peio Otxandiano, el último CIS asegura que el sorpasso se está gestando. EH Bildu ganaría en votos, con un porcentaje de hasta el 35,1% frente al PNV de Imanol Pradales que se quedaría con el 33,5% de los sufragios. El PSE obtendría hasta el 14,1%, el PP hasta el 7% mientras que la división Podemos-Sumar, fractura el voto en dos, sin que ninguna de estas formaciones llegue al 4% de los votos.
En las últimas horas, el PP se ha postulado como la única alternativa frente a todos los demás. Entrevistado en Onda Cero Euskadi, su candidato a lehendakari, Javier de Andrés, cree necesario que nadie se quede en casa “para no dar oxígeno al presidente Pedro Sánchez y a los que le apoyan”, refiriéndose a PNV, EH Bildu, Podemos y Sumar.
Muy aferrados a las encuestas, como la última del CIS, el PSE quiere marcar impronta y postularse como formación decisiva y de la que el futuro Gobierno Vasco dependerá. Para Bildu, no toca hablar de Independencia del País Vasco y plantea, ahora, retomar en el plazo de un año el texto de la Ponencia de Autogobierno del Parlamento Vasco para reformar el Estatuto de Gernika.
