Este 21 de abril, todos los colegios electorales de Euskadi han abierto sus puertas para celebrar las elecciones en el País Vasco que elegirán al próximo Lehendakari. Y, no solo eso, supondrán el relevo de Íñigo Urkullu después de 12 años seguidos al frente de la comunidad autónoma.
A la espera de conocer los resultados definitivos -que se pueden seguir en directo en ondacero.es- está por ver qué ocurre en una comunidad en la que, salvo sorpresa mayúscula, serán necesarios los pactos para formar gobierno. La mayoría absoluta de un solo partido es casi una quimera, a la vista de las encuestas publicadas.
Lo más noticioso puede ser que EH Bildu termine por ratificar un sorpasso que puede dejar aún más difícil la ronda de acuerdos y que puede todavía más dilatar el proceso.
Qué pasa si vota mucha gente
Según el último sondeo del CIS, el 19% de los electores vascos no había decidido a quién votar una semana antes de este 21A. Por su padre, un 16,9% no se decantó hasta los últimos días, un 5,1% sostuvo que lo haría durante el día de ayer, en la jornada de reflexión y un 6,9% confesó que se esperaría hasta el día de hoy para terminar de decidirse.
Por lo general, en todas las elecciones, los votos en blanco suelen beneficiar a los partidos mayoritarios. Ocurre lo mismo cuando la participación es alta.
Por ello, políticos como el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, ha mostrado su deseo de que el 21-A vote por encima del 65% del electorado.
Es sabedor de que en los últimos tiempos el electorado de EHBildu ha demostrado tener una fidelidad inquebrantable, mientras que el del PNV se ha mostrado más volátil. Otro detalle a tener en cuenta es que, aunque los votos nulos no cuentan los votos en blanco sí, por lo que las opciones minoritarias -Sumar, Elkarrekin Podemos o Vox- pueden tener más caro el logro de un diputado, sobre todo en Alava, con lo que saldrían beneficiadas las formaciones mayoritarias.
Primeras elecciones
Otra de las dudas, recae en el papel que jueguen los 75.634 jóvenes que se incorporan por primera vez al censo electoral. Es sabido que un porcentaje alto se suele quedar en casa y que habitúan a votar a partidos de izquierda. En ese caso, peligraría menos la histórica hegemonía, elección tras elección, del PNV que, de momento, ve como EH Bildu -a la espera de futuros pactos- puede conseguir un simbólico 'sorpasso' que mediatizaría toda la próxima legislatura.