No obstante, según recoge el documento al que ha tenido acceso Europa Press, el corte de la carretera se acometerá "en diferentes fases" para que puedan ejecutarse los trabajos necesarios "manteniendo en todo momento el acceso a los residentes y comercios existentes en la vía". Para ello, se han agrupado las actuaciones contiguas bajo el criterio de que "no exista ningún acceso, comercio o residencia entre ellos".
Para prevenir situaciones de riesgo para nuevos desprendimientos, se han diseñado un total de once actuaciones, que junto a las protecciones existentes en el resto del tramo, tienen como función principal reducir la probabilidad de alcances de las rocas desprendidas a los vehículos. También se plantea sustituir algunos de los elementos ya deteriorados.
Se establecen seis fases distintas para el corte total de la carretera. Como hasta ahora, los vehículos afectados por las obras serán desviados por la Autovía del Mediterráneo A-7 mientras que la N-340a, objeto de la obra, será señalizada con cartelería previa a la zona de corte tanto en Aguadulce como en Almería.
Las actuaciones previstas para las protecciones contra desprendimientos en el proyecto se basan en el empleo de sistemas de protección pasivos, como pantallas dinámicas, como otros activos entre los que se contemplan red de cables, mallas de triple torsión reforzadas y otras colgadas.
El proyecto detalla los problemas detectados en cada uno de los puntos kilométricos analizados junto con sus particularidades, como la proximidad a túneles o a espacios habitados, y las soluciones contempladas para evitar nuevas caídas de rocas, entre las que se dan la instalación de barreras, prolongación de otras ya existentes o desmontes, entre otras posibilidades.