Un nuevo proyecto de gran alcance llega a la casa ahorradora, en esta ocasión ‘a caballo’ entre lo deportivo y lo social. De todo el mundo es sabida la importancia de las señales en este deporte, así como la riqueza de la Lengua de Signos Española. Mezclando ambos elementos y añadiendo el ‘dialecto’ propio que Charly Carreño se ha ido preocupando de ampliar a lo largo de su trayectoria como entrenador, se obtendrá un nuevo código ‘verde’, perfeccionado para una comunicación fluida entre banquillo y pista. Además, para sacar el máximo provecho a una nueva alianza de colaboración, en las categorías inferiores del club se producirá la inclusión de niños sordos, con David Smith como el gran referente.
Todo ello será posible gracias a la predisposición que han tenido en todo momento desde la junta directiva del Club Deportivo de Personas Sordas Indalo, con el que Unicaja Costa de Almería contactó hace semanas para solicitar su ayuda. Así lo desvela Alfredo Cortés, gerente ahorrador: “Una de las cosas que me planteó Charly para hacer este año es que él ha creado una serie de signos propios para mandar instrucciones a los jugadores, que ha ido desarrollando a lo largo de los años y a los que quería ‘darle una vuelta’ para que fuesen un poco más complejos, o menos entendibles para el rival”. Como particularidad, “el signo tiene que ser siempre con una sola mano, y necesitábamos ayuda profesional”.
Se encontró a través de una seguidora del equipo que trabaja como traductora de lengua de signos española, quien a su vez hiló por la rama deportiva y puso en contacto a Unicaja con Aritz Carrión, secretario del Club Deportivo de Personas Sordas Indalo de Almería. Hubo una excelente sintonía desde el principio de las conversaciones y a Alfredo Cortés no se le escapó la posibilidad real de caminar juntos en categorías inferiores: “Sobre todo estaban con fútbol, pero vimos el voleibol como un deporte perfecto para la inclusión real, en el que las personas sordas pueden ser estrellas”. De lo que era en un principio, ayuda para perfeccionar un código propio de comunicación, se ha pasado a algo de gran calado.
Cortés ha dejado claro que “no se trata de crear un equipo de niños sordos, sino que los niños sordos entren en los equipos de cantera de Unicaja Costa de Almería, siguiendo el ejemplo de David Smith, central estadounidense sordo que, sin la menor duda, es uno de los mejores jugadores de la historia del club y una estrella internacional de este deporte”. Por ahora se afronta la primera parte del proyecto, que es mejorar el ‘código’ de Charly, y después “vamos a ir dándole forma, que formemos a entrenadores capacitados para la comunicación con niños sordos y a la inversa, entrenadores sordos, todos conviviendo el voleibol con absoluta normalidad”. La implantación social del club es una aliada para ello.
Aprovechando un entrenamiento del primer equipo durante el stage de primeros de mes, se recibió la visita de Rubén José Pérez, presidente, Aritz Carrión, secretario, Francisco Javier, vicepresidente, y Manuel Mateo Bellido, tesorero, los responsables del Indalo, que es “un grupo de personas sordas, deportistas con discapacidad, cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de los ciudadanos a través del deporte, conseguir la participación activa de las personas sordas en la sociedad”. Ello se plantea, según Carrión, a través de “una de las finalidades del club, como es el fomento de la práctica del deporte a través de competiciones deportivas, rivalizando entre distintos clubes de sordos de Andalucía y del resto de España y contra clubes de oyentes, en un alarde de integración total”.
Es por eso que han reconocido que “la petición de colaboración de parte de Unicaja Costa de Almería nos ha parecido muy interesante, es un sueño que no pensábamos que iba a llegar”, textualmente, para añadir que “estamos agradecidos por el interés en colaborar con nosotros, ya que supone también un factor fundamental para poder avanzar en la verdadera integración de los jugadores en el mundo oyente”. Yendo a más, ha recordado que “la práctica deportiva es beneficiosa para el desarrollo físico, mental y social de todos los niños, independientemente de sus habilidades auditivas; el vóley puede ser adecuado especialmente, ya que enfatiza comunicación visual y coordinación entre los jugadores”.
Desde el Club Deportivo de Personas Sordas Indalo buscan “promover la colaboración para fomentar el voleibol entre niños sordos” porque “es una excelente iniciativa que podría proporcionarles oportunidades de participar en un deporte inclusivo y les permitiría desarrollar habilidades motoras, trabajar en equipo, mejorar la comunicación y fortalecer su confianza”. Entienden que este deporte “ha demostrado ya ser una excelente vía de inclusión en diversos contextos, porque no solo promueve la participación activa de las personas con diferentes habilidades y capacidades, sino que también fomenta el trabajo en equipo, la comunicación y el respeto mutuo”.
Es más, “el voleibol adaptado ha permitido la inclusión de personas con discapacidades físicas o sensoriales”, incluso “mediante la modificación de las reglas y la implementación de ajustes específicos, se han creado oportunidades para que estas personas puedan disfrutar y participar en el deporte; la adaptación de la altura de la red, el uso de balones más livianos o permitir que el balón toque el suelo más veces antes de pasar al otro lado, son algunas de las medidas que se han implementado para garantizar la inclusión de todos”. No le son ajenas la “inclusión en términos de género” ni la “inclusión social”, en resumen, “un deporte que es vía de inclusión efectiva” y que “fomenta la integración”.