Se trata de "continuar las discusiones", han informado fuentes comunitarias, en "el mismo formato" que tuvo lugar el pasado 12 de abril, cuando Sefcovic, Cameron, Albares y Picardo se dieron cita en la capital comunitaria para desencallar las negociaciones, tras dos años y medio de conversaciones y 18 rondas negociadoras sin avances definitivos.
Fuentes diplomáticas han confirmado a su vez el viaje de Albares y apuntado que el objetivo de esta segunda reunión es el de "avanzar en las líneas maestras" de un acuerdo que pretende llevar "prosperidad, confianza, seguridad jurídica y estabilidad a los ciudadanos de todo el Campo de Gibraltar".
En el comunicado conjunto de Sefcovic y Cameron tras la reunión de abril, ambos apuntaron avances "significativos" en las conversaciones y el acuerdo sobre las líneas maestras que incluyen disposiciones "sobre el aeropuerto, bienes y movilidad".
La cita de este jueves se produce en paralelo a la tercera reunión entre Londres y Bruselas para hacer balance de la aplicación del acuerdo marco que regula las relaciones bilaterales desde que se consumó el divorcio de Reino Unido y los 27, constatar la "estrecha relación" que mantienen entre las dos partes y abordar otras cuestiones como el apoyo a Ucrania, ha precisado el Gobierno británico en un comunicado.
En lo que a Gibraltar se refiere, cuyo ministro principal viajó a Londres este martes para preparar el encuentro, el Gobierno británico apunta que será cuestión de "discutir sobre los avances", sin más detalles.
DESHIELO EN ABRIL
Bruselas y Londres escenificaron el pasado 12 de abril el deshielo político de las conversaciones tras dos años y medio de negociación técnica sin que trascendieran avances concretos. La cita se produjo, además, días después del malestar creado en el Gobierno español por las declaraciones de otro vicepresidente comunitario que puso en duda las opciones de acuerdo antes de que se produjeran las elecciones europeas del 9 de junio.
Cameron y Sefcovic evitaron entonces comparecer al término de su encuentro pero aseguraron mediante un comunicado conjunto que había progresos "significativos" que permitieron acordar "líneas políticas generales, incluidas sobre el aeropuerto, bienes y movilidad. A la cita acudieron también Albares y Picardo en "un formato a cuatro que se repetirá" este jueves, apuntan las fuentes comunitarias.
La declaración de abril incluyó, además, el compromiso de continuar las negociaciones durante las siguientes "semanas" en aras de "concluir el Acuerdo UE-Reino Unido", sin dar más detalles sobre el calendario ni aclarar si habría nuevos encuentros a nivel político para llegar a un acuerdo que resuelva el 'limbo' en el que se encuentra el Peñón en su relación con el bloque desde que se consumó el Brexit.
El acercamiento, no obstante, despertó las alertas en Londres y los diputados de la comisión de vigilancia de las relaciones con la Unión Europea en la Cámara de los Comunes avisaron la semana pasada en una carta de su "preocupación" por el riesgo de que lo pactado suponga una cesión de soberanía por parte de Reino Unido, habida cuenta de que Gibraltar deberá alinearse con parte del acervo comunitario bajo el escrutinio del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE). En su escrito, los diputados llamaron a suspender las negociaciones.
Desde el arranque de las conversaciones se apunta a la supresión de la Verja y la entrada 'de facto' de Gibraltar en Schengen, para lo cual los controles fronterizos deberán trasladarse al puerto y el aeropuerto. Reino Unido rechaza que sean agentes españoles los que efectúen esos controles, de ahí que sobre la mesa esté una propuesta para que durante un periodo transitorio de cuatro años esta tarea recaiga en la Agencia Europea de Fronteras (Frontex).
Otro de los aspectos más espinosos de la negociación, de la que apenas han transcendido detalles en los más de dos años transcurridos, es el del aeropuerto de Gibraltar. El aeródromo se encuentra construido en el istmo que une el Peñón con el resto de la península y es territorio en disputa.
España ha venido reclamando el uso compartido de las instalaciones para que puedan beneficiarse de ello toda la región, pero Reino Unido se opone de plano, considerando que choca con su postura respecto a la soberanía.