De sobra es sabido que llegada la proximidad del verano y durante la época estival, las temperaturas en Córdoba empiezan a ser extremas. No en vano las calles empiezan a verse desiertas desde las horas centrales del día hasta bien entrada la tarde.
Por desgracia, hay muchos hogares que por la escasez de recursos económicos, no pueden permitirse una climatización adecuada que alivien de algún modo las altas temperaturas que padecemos de junio a octubre. Calor que no sólo padecen aquellos que tienen una vivienda donde cobijarse. Lo sufren no pocas personas sin techo que nos encontramos con alguna frecuencia refugiándose en soportales o recintos de cajeros automáticos.
La ONG Cruz Roja se ocupa un verano más de combatir para estas personas los efectos de la subida de las temperaturas que se prevé para estos días.
Sus tareas consisten principalmente en ayudas económicas para el pago de suministros como la energía eléctrica, pero también existe un seguimiento telefónico a personas mayores o el asesoramiento para el ahorro doméstico.
Cobra especial importancia estos días la labor que la entidad realiza con personas sin hogar a través de su Unidad de Emergencia Social (UES), que recorre las calles de la capital martes, jueves y sábado para ofrecer algo de comida y bebida refrescante y apoyo humano a unos ciudadanos que, con esta canícula, ven cómo se acrecienta su situación de extrema vulnerabilidad.
El voluntariado de Cruz Roja ha comenzado el seguimiento telefónico de más de 3.200 personas mayores en la provincia por el calor, para conocer su estado de salud y ofrecerles una serie de consejos básicos para prevenir los efectos de las altas temperaturas.
Estas llamadas –para las que se da prioridad a personas que viven solas- se realizan a través del servicio de Proximidad Local, que la institución humanitaria tiene en funcionamiento tanto en Córdoba como en las asambleas de Baena, Hinojosa del Duque, Lucena, Peñarroya-Pueblonuevo, Priego de Córdoba, Pozoblanco, Palma del Río, Puente Genil, Rute y Villanueva de Córdoba.
El centro de contacto encargado de coordinar todo este programa cuenta con agendas personales de los usuarios, esto es, una base de datos en la que se almacena información sobre quienes requieren una especial atención por su situación de riesgo, enfermedad o vulnerabilidad.
A través de este programa, se pretende detectar posibles casos de malestar de personas por el calor y activar, en el caso de que sea necesario, a los servicios de emergencia. Todo esto, además de
proporcionar información sobre cómo afrontar las altas temperaturas evitando riesgos para la salud.
Como se recuerda en la campaña que Cruz Roja activa cada año cuando llega la temporada estival, los problemas de salud asociados a las altas temperaturas pueden evitarse con medidas muy sencillas, como beber abundantes líquidos, refrescarse la cabeza, usar un abanico, vestir con ropas ligeras o evitar las comidas copiosas y pesadas.
Pero además de esa especial vulnerabilidad que sufren quienes viven en la calle o el mayor riesgo a los efectos del calor que tienen las personas mayores, hay muchas familias que ha de elegir entre llevar una alimentación adecuada, o tener sus hogares a una temperatura idónea cuando llegan temperaturas extremas.
Como explica Ángel Córdoba, responsable provincial del programa de Extrema Vulnerabilidad de Cruz Roja, " en toda España, Cruz Roja trata de dar respuesta a situaciones de pobreza energética. Pero en una ciudad como Córdoba, que está un día sí y otro también entre las más calurosas del país, es casi una obligación apoyar a aquellas familias que tienen más dificultades para refrigerar sus casas”
En los últimos años, Cruz Roja ha ampliado sus acciones de respuesta a la pobreza energética, que van desde la atención a necesidades urgentes o las ayudas para el pago de recibos a la entrega de kits de eficiencia energética o la impartición de talleres de ahorro doméstico.