Importante hallazgo en la ciudad de Cabra donde excavaciones arqueológicas han encontrado un mitreo que sitúa a la ciudad egabrense como referente a nivel mundial en santuarios de este tipo.
En la Península Ibérica sólo se conocían dos mitreos uno en Tarragona y otro el Lugo. El hallado en Cabra se estima que fue construido en el siglo II después de Cristo en una primera fase, mientras que una segunda fase constructiva se data a finales del siglo III después de Cristo. Un hallazgo insólito según el historiador Jaime Alvar que no es nada frecuente en la península ibérica.
Este nuevo mitreo en la Villa de Mitra de Cabra tiene unas dimensiones de 7,28 m de fondo y una anchura de 2,52 m. Su entrada es estrecha, de unos 0,80 m, y a su derecha existe un pequeño depósito de agua de 1,70 por 0,65 m.
Uno de sus elementos más significativos es la existencia de dos bancos corridos de mampostería y fragmentos de ladrillos adosados a los dos muros laterales. El banco del lado derecho presenta dos huecos u hornacinas . Entre ambos bancos queda un pasillo 1,22 m.
Igualmente, al final aparece un poyete adosado al muro de cierre que tiene una anchura de 1,28 m.
Esta disposición de las estructuras, inclusive la existencia del depósito de agua, indican que se trata de un mitreo o lugar de culto a Mitra: existen numerosos ejemplos similares en diversas partes del Imperio Romano (Península Itálica, Germanía, etc.). El muro de la cabecera, sería la cimentación del altar, en primer término, y de la gran hornacina que albergaría la escultura del Mitra Tauróctono, mientras que los bancos serían los asientos donde se situarían los devotos mitraicos para realizar los rituales, como por ejemplo, el banquete.
Presenta particular relevancia la existencia de un estrato de tierra oscura que cubre todo el pasillo central donde se han recogido numerosos restos faunísticos de cerdo, ave y conejo, identificados como “residuos de plato” consistentes en pequeños fragmentos de huesos con evidencias de cocción.
