Según un estudio publicado en la 'Revista Internacional de Investigación Ambiental y Salud Pública' sobre el impacto que la COVID-19 ha tenido en el sedentarismo de la población, los menores se encuentran entre los más afectados debido a una notable disminución del ejercicio y un aumento del consumo de pantallas.
La coordinadora de la Unidad de Cardiología Infantil del Hospital Universitario Reina Sofía, Elena Gómez, aconseja a las familias educar en la adquisición de hábitos de vida saludables y llevar a cabo una alimentación que incluya lácteos, proteínas, hidratos de carbono, fruta, legumbres y verduras, además de practicar deporte moderado al menos dos horas al día.
La Copa COVAP, iniciativa deportiva y educativa infantil organizada por COVAP, Cooperativa Ganadera del Valle de los Pedroches, destaca junto con el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, centro colaborador en la novena edición de este proyecto, la importancia que tiene el ejercicio en la infancia para prevenir la obesidad y los problemas cardiovasculares, que se han incrementado en plena pandemia, afectando especialmente a los niños. Así lo sostiene un trabajo de investigación publicado en la 'Revista Internacional de Investigación Ambiental y Salud Pública' sobre el impacto que la COVID-19 ha tenido en el sedentarismo de la población.
"El abandono de las actividades físicas y deportivas durante el confinamiento o su eliminación por el temor de los padres a los contagios es uno de los principales causantes del incremento de las afecciones cardiovasculares", según advierte la coordinadora de la Unidad de Cardiología del hospital cordobés, Elena Gómez. Asimismo, alerta de los efectos negativos que la disminución de la actividad física tiene sobre los menores, una población "ya de por sí sedentaria antes de la pandemia". Entre ellos, señala un sistema cardiovascular "poco desarrollado y preparado" para aportar la energía suficiente en niños con obesidad y sin masa muscular suficiente.
A todo esto hay que sumar el aumento del consumo de pantallas que, como revela un estudio en la 'Journal of Sport and Health Science', es otra de las causas que ha contribuido a agravar las consecuencias del sedentarismo. Más horas frente a dispositivos electrónicos en detrimento de la actividad física al aire libre ha "inculcado en los más pequeños una serie de patrones erróneos, tanto en alimentación como en ejercicio, que difícilmente se podrá corregir en la vida adulta si no se actúa inmediatamente", advierte Gómez.
- La infancia, la etapa propicia para adquirir buenos hábitos
Por este motivo, y con el objetivo de concienciar a padres y madres sobre las ventajas del deporte y la alimentación en edades tempranas, la Copa COVAP y el HURS aconsejan a las familias que favorezcan el desarrollo de actividades físicas al aire libre o apuesten por deportes de equipo bajo todas las precauciones posibles.
Y es que, como matiza la coordinadora de la Unidad de Cardiología del HURS, la práctica de ejercicio aeróbico diario de una intensidad media o alta aporta "beneficios no solo físicos, también tiene efectos positivos para el sistema cardiovascular y mejora los índices de obesidad, el desarrollo psicológico y las relaciones sociales entre los niños".
En cuanto a la alimentación, esta debe ser variada, donde "hay que incluir lácteos, proteínas, cereales, hidratos de carbono, legumbres, frutas y verduras, así como evitar alimentos procesados con alto contenido en azúcares y grasas", concluye Gómez.