La exposición reivindica la intuición y capacidad de mediación que tienen los artistas y el poder visionario del arte para abordar y contribuir en la labor reparadora de las heridas históricas que el colonialismo ha perpetuado.
Remedios es un término que nos remite a sanación, reparación, restitución o recuperación, y a una visión integral de la vida, a un deseo compartido de sanar este mundo para transformarlo. Con la participación de más de cuarenta artistas, que aportan perspectivas diversas —amazónicas, del Pacífico, nativas americanas, de la diáspora africana y europeas—, la exposición Remedios: donde podría crecer una nueva tierra invita a interactuar con las obras de arte para alcanzar con ellas consuelo, refugio y plenitud.
En un mundo enfermo, el arte tiene la capacidad de desplegar y abordar contradicciones y conflictos desde la complejidad, allí donde la política no alcanza a hacerlo. Esta habilidad mediadora se alinea con el trabajo de sanadores y guías espirituales que trabajan en diferentes comunidades. Los artistas de la exposición exploran estas nociones a través de obras como la gran yurta para los encuentros, una kupixawa, creada por los amerindios Huni Kuin en colaboración con el artista brasileño Ernesto Neto, el atrapasueños nave nodriza de Brad Kahlhamer o el altar orisha Yemaya de Courtney Desiree Morris.
Ernesto Neto define su propuesta como “Un lugar en el que estar, sentir la vida que hay dentro de nosotros, conectar con la infinitud y con los demás; encontrarnos, charlar, cantar, meditar, descansar, rezar… compartir, escuchar, amar; la poesía, lo sagrado, y la alegría de estar vivos”.
Para algunos artistas, la curación parte de las cadencias del cuerpo, la purificación del espíritu, las articulaciones del lenguaje, las formas sagradas, los materiales y los símbolos, y de la percepción del tiempo y la historia. Otros dirigen su atención a la tierra, al medio ambiente y sus respectivas comunidades; simultáneamente, la minería, la tala, la agricultura y la extracción de recursos remodelan el medio ambiente, repercuten y alteran sus respectivos ecosistemas. No podemos elegir entre justicia social y medioambiental, ambas están entrelazadas y se retroalimentan de manera constante. Remedios apuesta por iniciativas que tengan en cuenta y reflejen estas políticas complejas, al tiempo que confía en las capacidades regenerativas que puede ofrecer el arte para desplegarse como «un origen, ++ donde nueva tierra crecerá +++», en palabras de la poeta Mojave, Natalie Diaz.
En Remedios, el trabajo continuo de reparación y sanación se considera una intervención y una metodología de empoderamiento para contrarrestar las fuerzas permanentes de represión y fatalismo; un enfoque que la pensadora feminista queerEve Kosofsky Sedgwick denomina “práctica reparadora”. Para ello, la exposición secunda la inestimable intuición y guía de los artistas, y la iluminación visionaria del arte para promover la labor reparadora, la sanación personal y la transformación social. Remedios nos invita a actuar colectivamente, a sentir la necesidad imperiosa de hacerlo, y a experimentar con aproximaciones innovadoras para la regeneración.