CANCER DE CERVIX

La vacunación y las citologías como prevención frente al cáncer de cuello uterino

La vacunación frente al VPH y la detección precoz con citologías reducen la incidencia del cáncer de cérvix en España por debajo de la media europea. La oncóloga de Quirón Salud Córdoba, María Jesús Rubio, afirma que los hábitos saludables tienen un papel fundamental en la disminución de este tumor prevenible y curable si se diagnostica en sus primeras fases.

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María Jesús Rubio, jefa de Oncología de Quirón Salud Córdoba
María Jesús Rubio, jefa de Oncología de Quirón Salud Córdoba | ONDA CERO CÓRDOBA

La vacunación sistemática frente al VPH (virus del papiloma humano) y la detección precoz a través de citologías, pruebas que se realizan en las revisiones ginecológicas anuales, han conseguido reducir la incidencia del cáncer de cérvix en España, situándose por debajo de la media europea, según ha indicado la jefa del servicio de Oncología Médica del Hospital Quirónsalud Córdoba, la doctora María Jesús Rubio.

La doctora Rubio ha explicado, con motivo del Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino, que se celebra mañana, que hay que aprovechar este día mundial para concienciar a la población de la importancia de la prevención y del diagnóstico temprano del cáncer de cuello uterino, que es una enfermedad propia de mujeres sexualmente activas, así como destacar los avances logrados en España en la lucha contra este tipo de cáncer.

En España, se diagnostican algo más de 2.000 casos nuevos al año. Sin embargo, gracias a la vacunación frente al Virus del Papiloma Humano (VPH) y a la práctica sistemática de cribado mediante citologías y pruebas específicas, el país ha conseguido situar su tasa ajustada por edad en 4,5 casos por cada 100.000 habitantes, por debajo de la media europea (4,8). Este logro posiciona a España como uno de los países con menor incidencia y mortalidad por cáncer de cérvix en Europa, aunque hay que insistir en la prevención, ha afirmado la especialista.

El cáncer de cuello uterino es el segundo tumor más común en mujeres después del cáncer de mama, y causa más de 300.000 muertes al año en todo el mundo. El 95% de estos fallecimientos ocurren en países en vías de desarrollo, donde el acceso a programas de detección precoz y vacunación es limitado.

El factor de riesgo más importante para desarrollar cáncer de cérvix es la infección persistente por el VPH, ya que es responsable del 70-75% de los casos de cáncer de cuello uterino. Es más frecuente en mujeres entre 35 y 50 años, por lo que es importante informar sobre los factores de riesgo y cómo se puede prevenir, y diagnosticar precozmente este tumor que en estadios primarios se puede curar. Por tanto, “es esencial que las mujeres acudan a sus revisiones ginecológicas periódicas, la realización de citologías permite el diagnóstico de lesiones premalignas en el cérvix antes de que progresen a cáncer, previniendo así el desarrollo de la enfermedad y contribuyendo a la disminución de su incidencia”, ha destacado la doctora Rubio.

Abordaje multidisciplinar de la enfermedad

Cuando la enfermedad se diagnostica, se realiza su abordaje por un equipo multidisciplinar que estudia estrategias terapéuticas, cirugía, radioterapia y quimioterapia, según la situación de cada paciente. En este sentido, la doctora Rubio ha indicado que el estadio del tumor es clave en la evolución de la enfermedad, así como para determinar el tratamiento. En estadios iniciales se opta por la cirugía o la radioterapia, mientras que, para los casos avanzados, la opción principal pasa por la combinación de quimioterapia y radioterapia.

La doctora Rubio ha señalado que, a pesar de que se ha mejorado mucho en el tratamiento inicial de las pacientes, “seguimos teniendo casos en los que la enfermedad persiste o recurre”. De hecho, la tasa de recurrencia para los estadios avanzados es de hasta un 60%. Para estas pacientes existen terapias biológicas que han contribuido a una mejora de su calidad de vida. En la enfermedad metastásica o recurrente, los resultados de nuevas dianas terapéuticas como los antiangiogénicos y la inmunoterapia están cambiando el panorama de estas pacientes.