El Granada CF volvió a perder. En este caso el verdugo fue el Villarreal, que se llevó de Los Cármenes un contundente uno a cuatro. Una nueva derrota que fue debida, a nuestro juicio, a dos razones fundamentales. La primera se centra en la debilidad defensiva rojiblanca, que regaló a los de Emery los dos primeros goles. A los amarillos no se les puede otorgar cosas que ya toman por mayor calidad en sus jugadores. Este es el segundo motivo por el cual los visitantes se llevaron la victoria. Este Villarreal es un equipo muy en forma, acostumbrado a tener orden en sus filas, un conjunto que se encuentran mentalizado para competir en toda una Liga de Campeones y eso se nota. Los rojiblancos, por su parte, juegan a otra cosa, con un fútbol más anárquico, en el que se sobrepone el corazón a la cabeza. Un defecto que llega a virtud, de forma que en un golpe desatado de pundonor en la segunda parte, el conjunto granadino tuvo sus mejores ocasiones para, incluso, darle la vuelta al partido. Pero cuando el mayor nivel individual sale a relucir, se suele imponer la lógica.
En definitiva, el Granada CF y su entrenador salen muy tocados de esta nueva derrota y Robert Moreno podría tener un serio ultimatum (uno más en la temporada) si no logra el próximo lunes vencer al Cádiz en Los Cármenes. Este partido sí que será una de las grandes finales de esta temporada.