Los expertos apuntan a un doble confinamiento el vivido por el colectivo joven. Un encierro, entre comillas, marcado además por los bulos en Internet. Y que ha llegado a generar ansiedad, aburrimiento e incluso irritabilidad.
A todo esto se suma el agobio lo que, según nos cuenta la psicóloga y profesora de la UOC, Montserrat Martínez, ha generado el aumento de conflictos y desavenencias dentro de la unidad familiar. Uno de los mayores problemas que destacan los expertos es el mayor uso de las pantallas lo que hace perder la conexión con su entorno físico puesto que provoca importantes cambios en la rutina.
El hábito de vida cambia con la circunstancia excepcional vivida durante la cuarentena agravada por la incertidumbre. El peor efecto: los cambios en el sueño. Ir a la cama más tarde, y por ende, conciliar el sueño más tarde son claves para afrontar mal el día.