La víctima sufrió ‘bullying’ durante todo el ciclo de la Educación Secundaria Obligatoria. Llegaron incluso a amenazarle de muerte e intentaron estrangularle con la conocida como llave del mataleón, provocándole que perdiera el conocimiento. La Policía Nacional ha identificado ahora al grupo de matones que le hicieron la vida imposible.
Lo conformaban seis menores de entre 14 y 15 años que se encargaban de hacer la vida imposible a un compañero. La Policía Nacional ya ha podido identificar a estos menores del centro educativo de una localidad de la provincia. Según la investigación, la víctima habría sufrido durante varios años estas supuestas agresiones "tanto en persona como a través del teléfono móvil”. Se habrían venido produciendo desde que la víctima empezó a cursar el ciclo de Secundaria hace tres años.
La víctima, otro menor de 15 años, sufrió agresiones físicas, insultos y amenazas, tanto en persona como a través del teléfono móvil, desde que comenzó el ciclo actual hace tres años.
Durante todo este tiempo, un grupo de compañeros de clase lo acosó de manera continuada hasta afectar tanto a su rendimiento académico como a su salud mental.
Entre las agresiones físicas más graves, la víctima llegó a perder el conocimiento cuando uno de los identificados lo estranguló con la maniobra conocida como 'mataleón' durante la hora del recreo.
En otra de las ocasiones, este mismo menor le propinó una fuerte patada que le hizo golpearse con una puerta y caer aturdido al suelo, una agresión que se suma a la provocada por la única menor del grupo que le apretó el cuello con tal fuerza que sufrió dolores cervicales durante varios días.
La víctima fue también apedreado en varias ocasiones, sufriendo un fuerte hematoma en un ojo durante largo tiempo, y soportó mofas, insultos y amenazas de muerte tanto en persona como a través de mensajes de audio en su propio móvil.
Por otra parte, un grupo de tres menores que se encuentran entre los identificados habría colaborado para crear perfiles falsos en una conocida red social en la que manipularon la imagen de la víctima asociándola a textos denigrantes y vejatorios.
Como consecuencia de todas estas conductas la víctima se vio aislada en su centro de estudio, llegó a fingir estar enfermo para no acudir a clase ni a las actividades y viajes escolares, sufrió trastornos del sueño y desarrolló ideas autolíticas.