ENTREVISTA

Veterinarios de Granada se concentran para defender el criterio profesional y la salud de los animales

Guillermo Mendoza ha entrevistado a Miguel Mesa, propietario del Centro de Especialidades Veterinarias Generalife.

Redacción

Granada |

Este lunes, los veterinarios de Granada se han concentrado en la capital en defensa del criterio profesional y en protesta por los efectos negativos de una nueva normativa estatal sobre la prescripción de antibióticos. La normativa, que obliga a pasar por un proceso burocrático para prescribir antibióticos, está generando importantes retrasos en el tratamiento de animales, sobre todo en situaciones de urgencia. La concentración ha estado respaldada por el Colegio Oficial de Veterinarios de Granada, que ha exigido una revisión de esta medida que, según los profesionales, pone en riesgo la salud de los animales.

El caso de la perra Selva: un ejemplo de los efectos de la norma

Uno de los casos que se denunció con más fuerza durante la protesta fue la muerte de la perra Selva, ocurrida el pasado mes de febrero. La propietaria de la mascota y su veterinario coincidieron en que el retraso en la administración de los antibióticos, debido a los trámites burocráticos impuestos por la nueva normativa, pudo haber sido un factor determinante en la fatalidad del caso.

En Onda Cero Granada, hemos hablado con Miguel Mesa, propietario del Centro de Especialidades Veterinarias Generalife, quien ha relatado las complicaciones diarias que enfrenta debido a la norma. Aunque Mesa asegura que no se han registrado casos similares en Granada, también señala que la normativa podría estar influyendo en el aumento de complicaciones que afectan a la vida de los animales, aunque sin poder confirmarlo de forma definitiva.

Los veterinarios piden la revisión urgente para garantizar el bienestar animal

La protesta también ha servido para poner de manifiesto la necesidad urgente de revisar las condiciones de esta normativa, que algunos veterinarios califican como innecesariamente restrictiva. Según los profesionales, el retraso en la administración de tratamientos, especialmente en situaciones críticas, compromete la salud de los animales y dificulta su atención adecuada.