Colorida y variopinta mezcla de colores académicos en sus becas, con un denominador común: el altísimo porcentaje de graduandos que antes de finalizar el curso ya han sido contratados por alguna empresa del sector. “Hay cadenas que quieren blindar a nuestros alumnos para quedarse con todos los que terminan”, afirmó el director de Estudios Universitarios de EADE, Gabriel Arrabal, en una ceremonia con tanta asistencia que tuvo que colocar el cartel de aforo completo.
“Quiero agradecer a nuestros profesores, familias y seres queridos que nos han apoyado y acompañado en este viaje. Sin vuestro esfuerzo, sacrificio, paciencia y guía, no estaríamos aquí hoy”, afirmó en un sentido y ovacionado discurso Abraham Aparicio, graduado en Administración y Dirección de Empresas. “Esta diversidad de especialidades es lo que hace que esta graduación sea única y especial. Representa la riqueza de nuestras capacidades humanas y la variedad de formas en que podemos contribuir a la sociedad. Cada uno de nosotros tiene el potencial de impactar positivamente en nuestro entorno y en el mundo en general”.
Idéntica sinfonía a la que trasladaba el claustro de profesores de EADE a los recién graduados: “El mundo os necesita felices. Necesita vuestra inspiración. Buscad la felicidad en vuestro ejercicio profesional porque esa será contagiosa y productiva. Y será el estímulo para innovar y buscar espacios de creatividad en un mundo cambiante, que sustituirá seres humanos por máquinas, un mundo de grandes retos para una generación que debe estar más viva que nunca”.