Una coyuntura que conocen muchos de los que nos escuchan a esta hora, padres, madres, abuelos de alumnos... o personal docente que, todos ellos, conforman una comunidad educativa que ha tenido que ponerse el traje de faena para sacar adelante la asignatura más compleja que se había planteado jamás en las aulas. Valoraciones positivas de lo que acaba que sólo cambian de criterio, a ojos de los sindicatos. Dicen que el año ha sido nefasto, que se ha vivido un apagón informativo por parte de la consejería y que no se ha luchado contra la desigualdad, de modo que alguas familias han sufrido más de lo debido, al no poder siquiera costear las mascarillas de sus hijos, al tiempo que piden compensaciones a personal docente y servicios por las horas invertidas para, por ejemplo, preparar y adaptar las clases a formato digital. Al respecto de las críticas, la delegada de Educación en Málaga, Paine dice que "prefiero no opinar, pero pido objetividad. Creo que es injusto valorar así lo acontecido. No atacan a un político: hay más de 300 personas trabajando en la delegación de Educación, y deberían ver la forma en que todos han trabajado este curso. Espero que recapaciten porque esa reflexión está fuera de lugar”.
La consejería de Educación ya trabaja en el próximo curso, tal como confirma la titular en la provincia de Málaga. “La delegación ya cuenta con el borrador que sirve de hoja de ruta para el curso próximo. Se garantiza la presencialidad 100% salvo que el municipio o centro esté en un nivel 3-4. Habrá leves cambios, y abiertos a lo que vaya sucediendo”. Al respecto, parece claro que, al menos el primer trimestre del curso 21/22 será similar al que ahora acaba: “Las mascarillas seguirán siendo de uso obligado para los alumnos en interiores. Seguimos las instrucciones de Salud, para valorar si se pueda prescindir de ellas en espacios abiertos como los patios”, advierte.