Julio de la Iglesia empezó desde cero, solo y con miedo. Actualmente es uno de los coach más reconocidos del país además de desactivador de explosivos, con una historia vital llena de adversidades donde permanecer enfocado en situaciones límite le ha salvado la vida. Después de superar su claustrofobia y tras décadas de observación y práctica como boina verde o policía de la unidad antidroga se dio cuenta de que los valientes piensan de manera muy diferente.