En los últimos años han proliferado el número de motos acuáticas que surcan las playas de nuestro país, tanto las de uso privado como aquellas que se pueden alquilar por franjas de tiempo a través de empresas de aventura. Se trata de una nueva alternativa de ocio que se une a otras ya existentes como los hinchables acuáticos, las tradicionales “pedaletas” u otro tipo de actividades como el alquiler de kayaks o pequeñas embarcaciones.
Pero las motos acuáticas, a diferencia de las anteriores, aportan para muchos un plus de adrenalina y diversión debido a su velocidad, la cual debe tenerse en cuenta a la hora de prevenir posibles lesiones. Si bien estas pueden evitarse en gran medida siguiendo las instrucciones de los profesionales y empresas que las alquilan, su uso imprudente o negligente por parte de los usuarios puede conllevar sustos y, en el peor de los casos, lesiones de diferente gravedad. Sin ir más lejos, hace unos días una mujer de 32 años falleció en Málaga tras caerse de la moto acuática en la que navegaba.
Entre los grupos de lesiones más frecuentes en este tipo de embarcaciones se encuentran las de índole neurológica y traumatológica. Vamos a repasar algunas de ellas de la mano de los doctores Maximiano Lombardo y Luis De Miguel Pueyo, traumatólogo y neurocirujano del Hospital Vithas Málaga, respectivamente.
Las 7 Lesiones más frecuentes por uso imprudente de motos acuáticas
El diseño de las motos de agua está hecho para hacerlas lo más seguras posibles, pero aún así, en ciertas circunstancias los usuarios pueden presentar lesiones. Para evitar las fracturas en huesos o articulaciones de brazos, piernas, cuello y cabeza, es importante navegar dentro de tus propias habilidades, sin sobrepasarse. Aparte, es importante evitar la costa y el terreno rocoso, conducir a una velocidad prudente, especialmente si hay
pasajeros, y portar un equipo de protección adecuado. De lo contrario, nos exponemos a poder sufrir las siguientes lesiones:
1. Lesiones variadas en la cabeza.
Desde heridas superficiales en cuero cabelludo con sangrado abundante que pueden requerir sutura quirúrgica, a fracturas craneales lineales que no requieren tratamiento o fracturas complejas o con hundimiento de fragmentos intracraneales que requieran cirugía y reconstrucción.
2. Fracturas en extremidades inferiores o superiores.
«Éstas son relativamente frecuentes a nivel de escafoides o del primer metacarpiano de la mano por el traumatismo contra el manillar de la moto. Otras menos frecuentes y provocadas por caídas, pueden afectar a partes de nuestro cuerpo como muñeca, codo, húmero o tibia-peroné» recuerda el doctor Lombardo.
3. Fracturas vertebrales traumáticas.
«Las más frecuentes son las cervicales y lumbares, y pueden conllevar lesión de la médula espinal o de los nervios, afectando la transmisión de señales nerviosas y dando lugar a parálisis parcial o completa de las extremidades. Este tipo de lesión es muy grave y precisa de tratamiento urgente hospitalario por un neurocirujano. Habitualmente precisan de descompresión de médula y nervios urgente, así como de estabilización con un sistema de fijación. Posteriormente necesitarán de rehabilitación especializada» afirma el doctor De Miguel.
4. Lesiones cerebrales traumáticas.
El mismo neurocirujano explica que «el impacto directo en el cráneo a alta velocidad, ya sea en el agua o en otro tipo de superficie como rocas, puede producir hemorragias traumáticas intracerebrales o en la vecindad del cerebro (hematomas epidurales o subdurales) que pueden ser muy graves, incluso mortales, y requerir cirugía craneal urgente o diferida».
5. Latigazos cervicales.
En este punto, el Dr. Maximiano Lombardo destaca también que las sacudidas violentas pueden provocar un latigazo cervical, el cual implica un rápido movimiento de la cabeza y cuello «pudiendo dañar los ligamentos cervicales y dando lugar a contracturas de la musculatura paravertebral cervical, a veces de difícil resolución».
6. Hernias discales.
Las maniobras bruscas y los impactos recibidos en este tipo de embarcaciones pueden provocar la herniación del disco intervertebral o el empeoramiento de una lesión discal previa, pudiendo generar dolor, entumecimiento y debilidad en las extremidades.
7. Heridas por cortes o abrasiones.
«Provocadas, fundamentalmente, por la misma moto acuática, o por golpearse con rocas o estructuras marítimas» concluye Lombardo.
En resumen, navegar en una moto de agua sólo o con amigos puede ser una experiencia diferente y muy divertida, pero para que así sea y no tengamos que lamentar cualquier tipo de contratiempo debemos seguir siempre las instrucciones de los profesionales y, sobre todo, tener a la prevención y el sentido común como principales compañeros de viaje.