No en vano, Andalucía ya era el mayor pulmón verde de España en superficie declarada parque natural. Con todo, la designación como Parque Nacional, supone la máxima nomenclatura medioambiental a la que puede aspirar un espacio protegido que, en el caso del enclave malagueño, había sido declarada parque natural en 1989 y reserva de la biosfera en 1995.