Estos héroes acuden de manera habitual al centro más cercano para aportar su granito de arena. Porque una donación puede ayudar a salvar hasta tres vidas. Cuando un donante se acerca a su centro favorito son 450 mililitros (lo que corresponde al 10% de la sangre del organismo) que se le extraen para que se mantenga en un sistema cerrado cuádruple de bolsas que contienen líquido anticoagulante y conservantes. Cada uno de los elementos irán destinados a bancos distintos. El primero es la concentración de hematíes, encargada de transportar oxígeno. Se utilizan para tratar la anemia aguda secundaria a pérdida de sangre tras cirugía o traumatismos y la anemia crónica. Se almacena a 4ºC hasta 42 días.
Además, se extrae el plasma, la parte líquida de la sangre y contiene los factores de la coagulación. Se utiliza para corregir problemas de sangrado debido a defectos de la coagulación. También se utiliza por la industria farmacéutica para la elaboración de vacunas y algunos medicamentos. Se almacena hasta 3 años congelado.
Por último las plaquetas. Este componente es corpúsculo y pequeño. Se utilizan sobre todo en pacientes con cáncer y trasplantes de órganos. Se almacena a 22 grados hasta un máximo de 7 días.