Un contexto difícil, el de los últimos meses, al que el sector ya llegó pidiendo algunos esfuerzos al ejecutivo central. Incluso antes de la pandemia, los profesionales de la automoción alzaban la voz para reclamar medidas de agilización de este mercado, como el conocido plan PIVE, que fue revulsivo de ventas en años anteriores. Dicen los expertos que la llegada de la movilidad eléctrica podría ayudar a que aumente este peso gracias al desarrollo de todo el ecosistema de movilidad sostenible, no solo con la construcción de vehículos, sino de las baterías, los componentes y diferentes desarrollos relacionados con la digitalización del transporte. Se como fuere, y en una situación en la que esa parcela del mercado aún no se ha consolidado, las cifras no mienten: los concesionarios malagueños han logrado cerrar el primer cuatrimestre del año con un ligero repunte en las ventas de vehículos de casi el 10%, aunque la cifra es engañosa ya que se produce en relación a los meses del pasado ejercicio donde las operaciones estuvieron totalmente paralizadas. La comparativa es, por tanto, más errática que nunca.
Los fríos números dicen que entre abril y enero de este 2021 un total de 5.759 matriculaciones, números que mejoran las 5.244 del mismo periodo del año anterior (donde sólo enero y febrero fueron meses «normales») pero que aún se encuentran muy por debajo de una actividad económica habitual. Un ejercicio más que práctico para valorar la situación es, por tanto, comparar la estadística con las cifras de 2019. Aquí, la prueba del algodón. El número de matriculaciones es hasta un 48% más bajo que por entonces.
A nivel nacional, el mercado de vehículos también sigue a la baja comparado con 2019. En concreto, las matriculaciones de turismos y todoterrenos registran una fuerte caída del 39,3% hasta las 264.655 unidades respecto al mismo periodo de hace dos años. «La pandemia, la incertidumbre sobre la vacunación y las sucesivas olas, la falta de turismo, la crisis económica y la subida del Impuesto de Matriculación siguen haciendo mella en el mercado, apuntan desde asociaciones como Ganvam, Faconauto y Anfac. Así las cosas, el sector muestra ciertas debilidades que pueden acabar arrastrando al empleo en el mismo. En cuanto a esto, es destacable que esa baja demanda como consecuencia de la crisis económica han sumido al sector en una situación compleja, obligándole a volver a aplicar Expedientes Temporal de Regulación de Empleo (ERTE) y a acometer paros en las plantas de producción. Y es que no sólo las ventas se ven mermadas, sino que aspectos como la falta de suministro de microchips o semiconductores acrecientan el problema y puede hacer retrasar operaciones con clientes en los mejores meses para las ventas
El empleo, en problemas
Los datos de empleo evidencian que la crisis está presente también en este segmento, si bien hay algo de esperanza: Según la última EPA, el sector español del automóvil finalizó el primer cuarto del año actual con 19.000 trabajadores más, con motivo de la comparativa con el año pasado, cuando estalló la crisis del coronavirus.
El sector del automóvil en España, que incluye tanto la fabricación como la venta y reparación de vehículos, finalizó el primer trimestre del año con un volumen de empleo de 573.800 personas, lo que supone una subida del 3,4% en comparación con los datos del mismo período del año anterior. Todavía no habíamos entrado en Estado de alarma. En cuanto a las ventas por tipología de vehículos, en los primeros cuatro meses del año, los vehículos de propulsión alternativa, os ea combustibles alternativos o coches eléctricos, coparon el 29,5% del mercado en España, superando a los de diésel, que registraron un 22,2%, mientras que los automóviles de gasolina supusieron el otro 48,3%.