Y la verdad es que hace bien José Miguel en custodiar con tanto celo una casa en la que solo se respira entrega, profesionalidad y amor del bueno. “Nuestra misión es defender los derechos de las personas con síndrome de Down y promover su desarrollo y plena inclusión social y laboral, así como una vida independiente, mejorando con ello su calidad de vida”, nos afirma orgulloso Ricardo Fernández-Palacios, presidente de la asociación, arropado por numerosos trabajadores y voluntarios que salen a recibirnos.
“No queríamos hacer una firma como todas”, comenta Gabriel Arrabal, director de EADE, “queríamos que esta fuera muy especial. Por eso hoy nos acompaña un nutrido grupo de alumnos de la carrera de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte que cursan la asignatura de Inclusión en el Deporte en su grado universitario”. De hecho, el acuerdo firmado con EADE Estudios Universitarios contempla, además de descuentos en todos los programas de EADE, la realización de investigaciones y publicaciones en revistas de alto impacto, las estancias de prácticas de sus alumnos y la realización de actividades conjuntas orientadas al conocimiento mutuo.
La sede de Málaga Down está toda ella volcada en conseguir los objetivos de la asociación: promover la investigación y la aplicación de medidas que contribuyan a la mejora de la salud y el desarrollo integral de la persona con síndrome de Down; facilitar servicios de apoyo a familiares y profesionales; procurar que los servicios existentes en Andalucía sean utilizados, sin discriminación, por las personas con síndrome de Down; adaptarse a las necesidades individuales de cada persona; promover actuaciones orientadas hacia un envejecimiento activo y de calidad; facilitar la edición de publicaciones y promover actividades formativas.
El edificio de la asociación, que luce impecable, decorado con numerosos pictogramas que facilitan la ubicación de los espacios, alberga múltiples programas, como el servicio de Recursos Educativos, el Taller de Lectoescritura o el servicio de Logopedia, del área educativa; o el Servicio de transición a la vida adulta, el Servicio integral de autonomía e independencia o las Viviendas de aprendizaje y Viviendas compartidas, en el área de vida adulta.
Especial mención merecen estas viviendas destinadas a la formación en materia de vida autónoma, en las que los jóvenes con síndrome de Down adquieren las habilidades relacionadas con el autocuidado y el mantenimiento de una vivienda, hasta llegar a una autonomía completa.
La pasión y el cariño de todos los que trabajan en la Asociación contagió a los alumnos de EADE, que compartieron con los chicos ágape y juegos, y descubrieron que cada ser humano tiene dentro de sí todo un mundo de destrezas y habilidades. María, Álex y José Miguel están en muy buenas manos y en una casa que tiene mucha magia.