Con motivo de la vuelta al cole, los expertos ponen el foco en la importancia de un calzado respetuoso con la salud de los niños y contrarrestar así el preocupante dato que señala que seis de cada diez niños usan calzado inadecuado. No es un tema baladí, ya que, como advierte el doctor Juan Carlos Carrera, jefe de Podología del Hospital Quirónsalud Málaga, “prevenir posibles complicaciones en los pies de los niños durante su desarrollo puede evitarles muchísimos problemas, no solamente de pie, sino de tobillo, de rodilla, de espalda y de cadera”.
Los podólogos recomiendan una revisión anual para detectar y prevenir posibles anomalías que luego puedan causar un problema en el desarrollo osteoarticular, siendo un buen momento la hora de comprar el calzado escolar; para el que tienen recomendaciones básicas importantes. Como aspecto fundamental, los expertos advierten que el calzado en el niño ha de ser “lo suficientemente espacioso para que no comprima en ninguna parte del pie, a la par que flexible y que sujete bien tanto en contrafuerte como en el enfranque”.
El zapato debe ser de la talla correcta; ni justos ni más grandes con la idea habitual de que sirva para el año siguiente, ya que puede producir daños y lesiones. Para saber la talla, se debe observar que sobre un dedo entre las puntas de los pies y el extremo superior del zapato. Básicamente, debe haber un centímetro entre ambos puntos.
También es importante desterrar la frecuente costumbre de heredar zapatos de hermanos u otros, ya que cada pie es diferente y es el calzado o la plantilla la que se debe adaptar al pie y no el pie al zapato. De ahí la relevancia del uso, en caso necesario, de plantillas personalizadas.
Una recomendación habitual a la hora de comprar calzado, tanto en el caso de adultos como en niños, es que se haga “a última hora de la tarde, que es cuando el pie está más dilatado”.
También es importante, de vuelta del verano en el paso del calzado abierto al cerrado, “el uso de calcetines por protección térmica y de la piel” y evitar así las habituales rozaduras, más si cabe en la delicada piel del niño.
En este sentido, atención especial también requieren los diabéticos para que no se les produzca ningún tipo de roce o herida.
En el caso de ancianos, y adulto en general, “lo más importante es que el talón tenga siempre una altura mínima de 2-3 cm con respecto a la parte anterior; ya que en este punto es cuando más congruente se encuentra la articulación del tobillo”.
Como recomendación especial, también en el caso de la práctica deportiva, se aconseja “calzado adaptado a cada deporte y, si ha de tener alguna corrección, que sea a través de unas plantillas adaptadas por un podólogo”. Hay que limitar los distintos tipos de calzado a su uso funcional o temporal, como las zapatillas deportivas, que se deben usar con cierta moderación; las botas, para protegerse de la humedad o del frío; así como emplear las chanclas exclusivamente para ir la playa o la piscina, ya que es muy poco recomendable su uso general, al ir el pie suelto, desprotegido y en plano.
En cuanto al uso de plantillas, el doctor Juan Carlos Carrera recuerda que “en el caso que se deba prescribir unas plantillas, hoy en día se realizan a medida y casi siempre pueden usar calzado normal”.