Antonio Jurado es miembro de la Hermandad de Zamarrilla desde hace más de 40 años. “Puedo garantizar, que, por ahora, lo que he pedido el Cristo de los Milagros me lo ha concedido”.
Cuando su hijo era pequeño tuvieron que acudir al Carlos Haya para hacerle una pequeña intervención en la vista. “Lo metieron en el quirófano y a los diez minutos salieron los médicos porque se habían dado cuenta de que tenía un problema en el corazón”, comenta Jurado. Una vez conocida la noticia, Antonio acudió dónde sabía que iba a ser escuchado, a la ermita de Zamarrilla, para postrarse a los pies de sus Sagrados Titulares. “Me refugié bastante en los dos y gracias a ellos mi hijo va a cumplir 35 años, sin problemas de salud y con una boda a la vuelta de la esquina”, cuenta Antonio. Tras cuatro meses de estudio, los médicos se dieron cuenta de que el hijo de Antonio tenía el corazón más a la derecha y tenía algunas venas y arterías invertidas. “Si Ellos pueden interceden por ti y te lo conceden” concluye este hermano de Zamarilla.