Los portentosos tronos de la Sagrada Cena Sacramental de Nuestro Señor Jesucristo y María Santísima de la Paz alcanzan Calle Casapalma en pleno jolgorio. Tras su salida del recorrido oficial, van buscando su casa hermandad, para lo que tienen que discurrir por esa vía.
A su llegada, son recibidos con pulsos. Tres toques de campana que anuncian a sus hombres de trono que levanten a sus titulares lo más alto posible, lo más cerca del cielo. Y con este espectáculo se vive uno de los momentos más emocionantes del Jueves Santo.