Un incendio aún sin control, de una complejidad que no se ha visto antes en España, como apuntan los expertos, más parecido a los que cada año se originan en California y que mantiene en vilo a la Costa del Sol, sobre todo a las miles de personas que llevan varios días fuera de sus casas. Los técnicos coinciden en lo inusitado del incendio y lo difícil de su extinción, un incendio que se auto propaga y en el que los vientos, tan temidos días atrás ni siquiera son lo que más preocupa. La lluvia podría ayudar, aunque las previsiones de precipitaciones para las próximas horas son escasas. A los medios terrestres que han estado trabajando toda la noche, se sumarán esta mañana los aéreos. Desde ayer a mediodía al dispositivo, de unos 800 efectivos, se añadió la intervención de la Unidad Militar de Emergencias tras la petición de la Junta de Andalucía al Gobierno de la Nación. Al fuego de Sierra Bermeja activo desde el pasado miércoles, se sumó otro en la madrugada del domingo, que se fusionó con el inicial, y aunque hasta la noche del sábado, las áreas de actuación estaban funcionando bien y se esperaba que la estabilización estuviera cerca, todo cambio en la madrugada del domingo cuando un nube de pavesas saltó del incendio principal y generó otro fuego en un barranco cercano. Ahora mismo permanecen cortadas hasta cuatro carreteras comarcales en varios puntos kilométricos y que afectan a los municipios de Genalguacil, Estepona, Jubrique, Parauta, Cartajima y Alpandeire. Hasta seis localidades han tenido que ser desalojadas, aunque más de un millar de vecinos de urbanizaciones de Estepona y Benahavís pueden desde anoche volver a sus casas, ya que el perímetro sur del fuego está prácticamente estabilizado y permite ya el realojo. Los vecinos están volviendo acompañados de los bomberos del Consorcio Provincial de la Diputación Provincial de Málaga, que vigilarán la zona.